TELEFAUNA

Javier Cansado, el halcón matamico

Al margen de colaborar con Faemino, Cansado tiene una interesante proyección televisiva

Halcón Matamico

Halcón Matamico / periodico

FERRAN MONEGAL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Estamos ante un falcónido muy particular, llamado popularmente halconcito matamico, y carancho en Bolivia y Perú. Contra lo que puedan suponer, no es que sea un halcón pequeñito, sino una criatura insólita, sorprendente por su modo de actuar y sus costumbres.

Siendo una rapaz dotada de potentes garras y pico, o sea, un pájaro de presa y de cuidado, posee no obstante un sentido pintoresco del ataque, hasta podríamos decir que francamente divertido, porque cuando descubre su presa comienza por picarle el culo. O sea, le arrea por retambufa y acaba con ella no solo porque le destroza la zona de popa, sino por puro sentido del ridículo.

En abril del 2003 se celebró en Carabanchel un homenaje a los halconeros del rey, recobrando este distrito de Madrid lo que fue cuando era municipio: un núcleo dedicado a la cetrería, distinción que fue sancionada por Fernando el Católico en 1478. Aseguran algunos románticos naturalistas que en aquellos años, sobre Carabanchel, volaba el halcón matamico.

Nacido precisamente en Carabanchel, Javier Pozuelo adoptó el nombre de Javier Cansado cuando se instituyó en dúo con su amigo Carlos Faemino. Esta sensacional pareja practica un genial recontrahumorismo, trabajando Faemino la cuerda más surrealista, y Cansado, la vertiente más punzante e inquisitiva.

Como dúo aterrizaron en la tele, en los años 80, en los programas de TVE La bola de cristal, Cajón de sastre y, sobre todo, en el programa de La 2 El orgullo del tercer mundo. Al margen de su colaboración con Faemino, Javier Cansado tiene una interesante proyección propia en el mundo televisivo.

De sus esporádicas incrustaciones en programas, requerido siempre por su divertida forma de dislocar la realidad, solo podemos señalar un lamparón: cuando Carolina Ferre le llamó para sumergirle en el programa Yo estuve allí (2008, TVE-1). ¡Ah! Aquello fue terrorífico.

Mientras Carolina iba haciendo birriosas entrevistas --a la nietísima Martínez Bordiú, a Chábeli Iglesias...--, Cansado aparecía por allí y, francamente, podía haber entonado aquel pasaje zarzuelero "Hace tiempo que vengo al taller y no sé a lo qué vengo", y no hubiera desafinado en absoluto.El programa duró poco, pero el talento de este humorista allí desapareció, ahogado por el sifón y la espuma que se gastaba Carolina.

Al margen de esta pifia, olvidable y sin sentido, cabe celebrar que podamos seguir degustando el ingenio de Cansado en el programa Ilustres ignorantes que presenta Javier Coronas, todas las semanas, en Canal+. ¡Ah! Ahí recobramos su talento, su ironía, su disparate lúcido, y su desternillante fijación por los tartesos, que según él son los creadores de todos los inventos más importantes de este mundo. Disfrutamos mucho con estas sesiones que se graban en la sala Galileo Galilei de Madrid.

Coronas plantea un tema, y Cansado siempre es el primero en abrir fuego y sacarle punta. Recuerdo una noche en la que hablaban del placer de viajar, y él lo negaba rotundamente. Decía: "Eso de los viajes está sobrevalorado. Viajar a Mallorca, por ejemplo, es absurdo. Todo el mundo sabe que Mallorca es un truco. Mallorca no existe. Mi mejor medio de transporte es mi casa. En mi casa viajo mucho: voy del sillón al baño, y pasan cantidad de cosas. Disfruto". Y así mucho rato, arrancándonos sonoras carcajadas y cómplices sonrisas.

¡Ah! Larga vida a la lúcida retranca de este Cansado aparentemente absurdo. Pica con la precisión del halcón matamico.