Míchel renueva por el Girona hasta 2026

Se queda. Pudo irse, pero decide quedarse en Montilivi. Míchel Sánchez seguirá tirando botellas de agua contra el césped cuando vea que su Girona, al que ha encaramado a la zona noble de la Liga, no solo salvándole del descenso con autoridad sino con opciones de entrar en Europa en la última jornada, no funciona como él quiere. "Es el sitio donde más feliz he estado, es el sitio perfecto para seguir creciendo", ha reconocido tras la firma.

Ha extendido su contrato por tres temporadas. O sea, renueva Míchel hasta 2026. Tenía contrato hasta 2024 y varias ofertas para abandonar el Girona, pero ha seguido apostando por crecer en Montilivi, donde ha encontrado las condiciones ideales para evolucionar como entrenador. El club ha argumentado esa renovación como "un reconocimiento a su capacidad para potenciar el talento de los jugadores y el compromiso con los valores" del Girona.

Y ese acuerdo lo ha oficializado el Girona con un original vídeo en el que se veían como iban cayendo con furia diversas botellas de agua sobre la hierba de Montilivi, un gesto muy característico del técnico, extremadamente competitivo como es, enfadado con sus jugadores cuando cometen errores.

Varias botellas se rompen sobre la hierba hasta que el técnico de Vallecas recoge una y se pone a beber tranquilamente mirando a la cámara antes de que un rótulo (Míchel Sánchez 2026) anuncie el acuerdo tan esperado. "En Girona me siento como en casa. Este club apostó por mí y me dio la confianza necesaria para crecer como técnico y persona", ha precisado después el entrenador en su cuenta de Twitter.

Míchel siente que está en el sitido adecuado. "Es un proyecto estable, unas ideas innovadoras y un trato inmejorable han hecho posible un camino increíble esta campaña. ¡Sigamos haciendo historia juntos!", ha concluido el técnico en su mensaje para festejar el acuerdo hasta 2026.

Una transición con éxito

La continuidad del técnico es fundamental para el proyecto que ha diseñado Quique Cárcel, el director deportivo, la pieza clave donde se ha construido el Girona en este viaje por la elite. "El equipo está preparado para hacer el mejor partido de la temporada y lograr el sueño de estar en Europa sumando 52 puntos, algo que nadie ha logrado", ha dicho sobre el duelo del próximo domingo en El Sadar ante Osasuna.

Un equipo que ha sabido, además, realizar la delicada transición, tanto en su estilo de juego (abandonó los tres centrales con Pablo Machín para acercarse al juego asociativo y de toque que defiende Míchel) al tiempo que superaba la extremada dependencia de Stuani, el pilar goleador donde construyó su primer relato victorioso. Sostenido ahora por la brujería del Taty Castellanos, con 13 goles en la Liga. Y le marcó cuatro al Madrid en Montilivi.

Se ha convertido en el cuarto equipo más goleador de la Liga, tras anotar 57 tantos, los mismos que Villarreal, ya clasificado para la Europa League, y solo por detrás de Madrid (74), Barça (69) y Atlético (68), lo que demuestra el éxito de ese proceso ideado por el técnico madrileño, que se ha integrado perfectamente en el tejido social de Girona expresándose casi desde el primer día en catalán en sus comparencenvias públicas, como hizo también cuando abordó su renovación.

Ha construido Míchel un equipo mucho más coral, capaz de vivir sin Stuani, capitán y suplente, instalado en la novena posición de la Liga, con posibilidades de alcanzar hasta la Conference League europea si derrota a Osasuna, otro de los candidatos, y el Athletic pierde en el Bernabéu. Y las botellas de agua no podrán estar tranquilas en Montilivi, expuestas a la furia de un entrenador que ha dado un enorme impulso a la idea de Cárcel.