El día D: 9.000 fotos por segundo en busca de la imagen del Mundial

Puede ser que sea deformación profesional. Incluso les diría que, después de un mes de tener relación diaria con ustedes, ¿verdad?, hasta podría hablarles de cierto recuerdo familiar, de las horas, días, semanas, meses, décadas vividas rodeado de los Pérez de Rozas y su obsesión por el fotoperiodismo, por la instantánea del momento, por ‘la foto’, la imagen, aquel retrato que lo dice todo, que representa la historia del momento.

Pues estamos en el Día D, también en este Mundial soso, en esta Copa del Mundo que hoy, a las 16.00 horas, va a empezar a decidirse quién es tricampeón del mundo, si la Argentina de Leo Messi, con lo que resonaran las campanas, seguro, fijo, del mismísimo Vaticano donde el Papa Francisco, nacido en Buenos Aires, hará resonar las campanas o la Francia de Kylian Mbappé, que entrará en la historia como el bicampeón del mundo más joven de la historia, de una gran historia.

Congelar la historia

Y es seguro que ese instante tendrá su fotografía mítica, icónica. Todos los momentos de gloria o lamento tienen su foto. Por eso habrá en el estadio de Lusail cerca de 300 fotógrafos de todo el mundo, de todos los países, de todas las agencias, de todos los diarios, de todas las revistas, de todas las webs, de todas las publicaciones deportivas del planeta. Llevan ahí un mes, trabajando para que ustedes y yo disfrutemos de las imágenes más impactantes. Y, ahora, hoy, buscarán la que capte el momento ideal, sea gol, grito, llanto, felicidad o el segundo en que el capitán del campeón levante la copa al cielo cual ‘rey león’.

Les contaré que el montaje que existe para que ustedes y yo disfrutemos de esa imagen es impresionante y, por descontado, es uno de los temas que más ha evolucionado en la historia de la humanidad. Sí, cierto, todo ha evolucionado, en los últimos 20, 30 o 40 años, de una manera admirable, sorprendente, pero la manera de hacer las fotos y transmitirlas (usted mismo ha pasado a ser el mejor fotógrafo con su móvil en la mano) ha sido una de las cosas más revolucionarias. La fotografía digital actual no tiene nada que ver con el mundo analógico, en efecto, de nuestros padres, de los míos.

Más de 300 fotógrafos, equipados con tres cámaras y diversos objetivos, perseguirán hoy, en Lusail, la foto de esta Copa del Mundo. Y la encontrarán.

Solo les daré un dato que les impresionará o espero que lo haga, sí: un rollo de película Kodak Tri-X o Plus-X de antaño, de la época de nuestros padres, constaba de 36 negativos. Es decir, con un rollo de película, tú podías hacer 36 fotografías. Luego, si querías seguir haciendo fotos, debías rebobinar, guardar el rollo impresionado y poner otro. Ahora, las cámaras actuales disparan ¡30 imágenes por segundo!, es decir, graban en un segundo, lo que antes ocupaba todo un rollo de película. 300 fotoperiodistas, a 30 imágenes por segundos, 9.000 fotos por segundo. Tal vez por eso, Sony se ha visto obligada a crear una tarjeta de memoria de 640 gigas (eso sí, que vale 1.200 dólares) en la que puedes almacenar cientos de fotografías, cientos, a altísima calidad.

Los 300 fotógrafos que usted ve trabajar en cualquier estadio de Doha, por ejemplo, hoy mismo, en el precioso Lusail, son de lo más escogido del mundo profesional, cómo no. Y suelen ir equipados con tres marcas de cámaras: Sony Alpha 1 o Alpha 9, el último grito, la última revolución en materia fotográfica, Canon R3 y Nikon Z9. Cada fotógrafo suele utilizar dos cajas, dos cámaras, durante todo el partido y hasta tres. Les cuento. Una con un teleobjetivo grande, un 400 milímetros o, incluso, un 600 mm, y otra cámara con un zoom que puede ser 70/200 o 24/70 y, los más privilegiados, se diría los más ricos, cuentan con una cámara, con un angular, que colocan con un pequeño trípode, tras la red de cada portería, que disparan con el pie por control remoto.

Conexión permanente

Todas esas cámaras, todas, están conectadas por wifi, a través del cableado que existe alrededor del terreno de juego o por inalambrico, o por los dos sistemas. La conexión es permanente con las redacciones y los editores gráficos de sus compañías, estén en Barcelona, Tokio, Melbourne, Nueva York, Buenos Aires o Johannesburgo. De forma y manera que, si el fotógrafo lo desea, al segundo de disparar, la imagen seleccionada por el reportero aparece en la pantalla del editor gráfico de su medio.

“En estos momentos, para no saturar el wifi y, sobre todo, para tener garantía plena de que vas a poder realizar tu trabajo sin problemas, lo que suelen hacer las organizaciones de los grandes eventos”, explica Javier Garcés, responsable de marketing de negocio profesional de imagen digital de Sony, la compañía que revolucionó el mundo de la fotografía profesional digital con la aparición de su cámara Alpha 1, “es mezclar el wifi del satélite con el cableado de la instalación”.

El equipo completo

Rafa Seguí, fotógrafo con muchísimos años de experiencia en todo tipo de competición deportiva y, durante las últimas décadas, una de las personas que más responsabilidad ha tenido a la hora de preparar la infraestructuras necesarias para que los fotógrafos de los grandes eventos puedan trabajar con eficacia y la máxima comodidad y calidad, explica que “de cara a los JJO de París del 2024, ya hemos contratado un satélite para el wifi de los fotógrafos pero, también, también, pensamos instalar cableado en todos los escenarios deportivos de los Juegos, pues los dos sistemas son compatibles y necesarios”.

Para que sus fotógrafos gocen de mayor movilidad que el resto, los responsables de Sony han creado un último modelo de móvil Xperia 1 III, que el fotógrafo puede llevar atado a su cinturón y conectado a su cámara, desentendiéndose del wifi del estadio o, incluso, prescindiendo de estar conectado por cable en la banda del terreno de juego y así poder moverse con soltura por el recinto, sabiendo que sigue conectado permanentemente con su redacción, con su editor gráfico, al que le transmite al instante las imágenes que él va captando mientras persigue a los protagonistas de la celebración de un gol o, incluso, dando la vuelta de honor de los nuevos campeones.

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