Las polémicas del torneo

¿El fútbol es así?

El discutido penalti a Robben reabre el eterno debate sobre las trampas y el 'fair play'

JOAN DOMÈNECH
SAO PAULO

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Sí, el fútbol es así. El tópico que encierra todos los tópicos no incluye en su expresión solo deporte, competitividad, emoción, técnica, virtuosismo, agresividad, humildad, inteligencia, sacrificio, goles... Incluye egoísmos, intereses, mentiras, necesidades, trampas, imposturas, engaños, simulaciones, hipocresía, demagogia...

El Mundial muestra al fútbol en todos sus extremos, y el penúltimo ejemplo se vio en el Holanda-México, como espectáculo futbolístico y con el desenlace tras el penalti de  Robben. El delantero exageró un leve contacto con Márquez, el árbitro se creyó el engaño y pitó la pena máxima. Tras el encuentro, Robben pidió disculpas, y luego rectificó, argumentando haber sido malinterpretado y quejándose de que no le hubieran pitado un penalti anterior que sí lo era.

Todo el tópico resumido en la actuación de Robben, de quien no se espera, por nacionalidad, formación y edad, ser capaz de semejante demostración de falsedad indica hasta que punto han llegado los intereses de la industria del fútbol. Ganar o perder se mide por millones  en contratos y patrocinios. Irlanda no acudió al Mundial-2010 por un gol de Francia con la mano. El debate es interminable ante la nula voluntad de autoridades y deportistas de volver a los cauces de nobleza que, se supone, tenía en sus orígenes. O no.

La acción de Robben llegó cuando aún no se habían acallado los ecos de la polémica exclusión de Luis Suárez, castigado con nueve partidos y cuatro meses por haber mordido a Chiellini.

El otro gran tópico del fútbol de que «lo que pasa en el campo se queda en el campo», máxima por la que se justificaban todo tipo de tropelías que no se veían ni se escuchaban (desde la grada o por televisión) tiende a desaparecer. Lo que pasa en el campo sale del campo en cuestión de segundos. El árbitro no vio la agresión, pero sí las cámaras, y a Suárez se le castigó dos días más tarde. Esas cámaras y el árbitro sí vieron un manotazo de Pepe a Müller, la comedia del defensa increpando al alemán por supuesta simulación y la tarjeta roja.

Quejas y más quejas

«Antes y después del episodio de Suárez se han visto cosas que no se han medido igual», criticó Óscar Tabárez, el seleccionador de Uruguay, denunciando «el uso del poder indiscriminado y tendencioso» para sancionar al delantero.  Luiz Felipe Scolari, también se quejó por otra razón. Criticado por haber defendido el primer penalti del Mundial (inexistente por una caída ficticia de Fred ante Croacia), el seleccionador brasileño cerró su última rueda de prensa indignado por que se diga que los arbitrajes fueron benévolos con su equipo y amenazó por exhibir su cara más severa. La FIFA instauró la tecnología para aclarar los goles fantasma. Es la única polémica que ha terminado. Las otras continuarán.