Abro hilo

El 'caso Carlos Vermut' constata que el foco se ha movido

Las denuncias contra el cineasta, los problemas del Barça y la renuncia de Verstrynge copan las redes

Carlos Vermut, en la librería Ocho y medio de Madrid.

Carlos Vermut, en la librería Ocho y medio de Madrid. / JOSÉ LUIS ROCA

Daniel G. Sastre

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¿Un #Metoo en el cine español?

En las ágoras modernas que son las redes sociales cayó como una bomba la noticia, publicada el viernes, de que tres mujeres acusan al prestigioso director de cine Carlos Vermut de violencia sexual. Las tres experiencias, contadas negro sobre blanco en 'El País', sacudieron a la opinión pública. La reacción demostró que algo está cambiando, al menos en apariencia, después de la última oleada feminista.

Aunque se podían encontrar las clásicas preguntas escépticas –por qué siguieron manteniendo relaciones sexuales con él, por qué no denunciaron–, en general de los mensajes en redes se infería que hemos aprendido que, en este tipo de casos, no hay que poner el foco sobre las denunciantes. Menudearon las muestras de apoyo a las tres mujeres. "Todo el apoyo y el agradecimiento a las tres mujeres que han dado testimonio de las agresiones de Carlos Vermut. Estamos a vuestro lado. Que no quede espacio alguno sin limpiar de agresores", dijo la escritora Alana S. Portero. "El ciudadano Vermut, frente a los tribunales, tiene todo el derecho a la presunción de inocencia. Yo como ciudadana tengo todo el derecho a creer a estas tres mujeres y a no volver a ver una película de este señor en mi vida", escribió Laura Freixas.

También hubo reacciones del mundo del cine español, del que a menudo se dice que no ha pasado por un proceso parecido al #MeToo que sí han vivido las industrias cinematográficas de otros países. "Carlos Vermut explica perfectamente lo que es la persuasión coercitiva, es tan inconsciente que se inculpa en su defensa", dijo por ejemplo el actor Eduardo Noriega. Agustín Almodóvar o Leonor Watling fueron otros de los que se pronunciaron. Está por ver si las denuncias contra Carlos Vermut inician una reacción en cadena o si el asunto se diluye.

Mujeres supervivientes de abuso y acoso sexual se manifiestan en Hollywood, California, en una protesta del movimiento #MeToo

Mujeres supervivientes de abuso y acoso sexual se manifiestan en Hollywood, California, en una protesta del movimiento #MeToo / MARK RALSTON

La 'Xavineta' se vacía

Hace más de dos años, cuando Joan Laporta decidió que Xavi Hernández se sentara en el banquillo del Barça, emergió el término 'Xavineta' para designar un metafórico vehículo, conducido por el técnico azulgrana, al que podían subirse todos los que creyeran en el proyecto. Al principio no fueron muchos: el equipo atravesaba por una terrible crisis económica y deportiva, y a Xavi le costó asentarse. Pero en su segunda temporada, y siempre con la mácula de los reiterados fracasos en Champions, el Barça consiguió enderezar su rumbo y ganó la Liga. A principios de esta temporada, la 'Xavineta' estaba llena hasta los topes, y los culés tenían creían que el equipo iba por fin a volver a competir con los mejores.

Pero han pasado las semanas y los meses y la 'Xavineta' ha sufrido deserciones masivas. El mal juego y los malos resultados –el equipo mostró muchas dudas en Champions, está a ocho puntos del líder en Liga y esta semana ha caído en la Copa– han provocado que ya casi nadie acompañe al entrenador en su optimismo. Las redes sociales son un buen reflejo de ese sentir general. "Como futbolista Xavi fue mucho mejor que Xabi. Como entrenadores, ahora mismo Alonso podría estar en la agenda de Liverpool, Bayern e incluso Real Madrid, mientras Hernández estaría en la agenda de Udinese, Hércules o incluso Rayo Majadahonda", decía por ejemplo @AriMaillol.

Sin embargo, hay algunos tuiteros que, como los galos de los tebeos de Astérix, resisten en la posición. "Que ganamos una Liga después de 4 años con Xavi. Que sacó al mejor Dembele, al mejor Aubameyang, al mejor LUUK DE JONG, que consagró a Gavi, que descubrió a Balde, Fermín, Cubarsí y Hector Fort ahora. Que hace años pedíamos más Masia y ahora os la suda la Masia", dijo @azulgranes.Se leía casi como una proclama en el desierto.

Xavi Hernández, en una rueda de prensa en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí.

Xavi Hernández, en una rueda de prensa en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí. / Javi Ferrandiz

No tan nueva política

Cada vez con más frecuencia, las redes sociales sirven a los políticos para hacer anuncios importantes. Tienen varias virtudes (para ellos): les permiten interactuar directamente con sus seguidores y, sobre todo, les ahorran el engorro de lidiar –en una rueda de prensa, por ejemplo– con las preguntas de esos seres llamados periodistas, que siguen existiendo pese a que el prestigio de su profesión según los estudios de opinión esté bajo mínimos.

Este viernes hizo uso de esa vía para explicar que dejaba la política la hasta ahora número tres de Podemos y diputada en el Congreso Lilith Verstrynge. "Las despedidas son difíciles y tristes. Dejo mis responsabilidades políticas y también el acta de diputada. Mil gracias a la militancia de Podemos y a las personas que habéis confiado en mi estos años", escribió por sorpresa en X.

Pero el hecho de recurrir a las redes sociales para lanzar el anuncio, o utilizarlas como un canal unidireccional, provocó también que se dispararan las especulaciones sobre los motivos. En parte las alentó su hasta ahora en Podemos, la exministra Ione Belarra. "Ahora lo fundamental es que te cuides y que estés bien. Podemos siempre será tu casa. Gracias por tantísimo trabajo en condiciones tan difíciles. Un abrazo enorme", le escribió.

Para sorpresa de pocos, algunos desde el ámbito de Sumar sí se dedicaron a hacer leña del árbol caído. Han pasado pocos meses desde que Podemos se presentó a las generales dentro de esa marca, que capitaneaba Yolanda Díaz, pero ahora son enemigos acérrimos. La escritora Elisabeth Duval, figura en ascenso dentro de Sumar, escribió en X: "La ‘nueva política’ nunca debió convertirse en una picadora de carne, máquina a todo gas de quemar perfiles y erigir sectas irrespirables". Y no tardaron en reprochárselo.

La exdiputada de Podemos, Lilith Verstrynge.

La exdiputada de Podemos, Lilith Verstrynge. / Carlos Luján - Europa Press - Archivo

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