cuatro años después de la iniciativa catalana
'No vull pagar': el movimiento contra los peajes llega a Andalucía
Un joven andaluz anima a los conductores a que se nieguen a abonar el importe de la barrera en un vídeo que triunfa en Youtube
Cuatro años después de la campaña 'No vull pagar', que animaba a la insumisión a la hora de pagar los peajes catalanes por el agravio comparativo con las vías españolas, una secuela de este movimiento ha brotado en Andalucía. En marzo del 2012 fue un vecino de Anglès (La Selva) quien publicó en Youtube un vídeo en el que se negaba a pagar un peaje en la AP-7.
Ahora, un joven andaluz ha repetido la acción en la barrera de la A-4 en su viaje de El Puerto de Santa María a Sevilla. Una vía "amortizada desde 1993", denuncia. Este domingo publicó el vídeo, que ya acumula más de 260.000 visualizaciones. "Tenemos que hacer lo que hacen nuestros amigos del norte", anima en el clip.
El joven explica que con el vídeo quiere alentar a los demás conductores a que se nieguen a pagar el peaje para que "lo abran ya". El conductor instruye a los que se animen: "Basta con decir: no quiero pagar. Ábreme, por favor". Tras sus explicaciones previas, el joven llega a la barrera, le abren y continúa su viaje con una amenaza de sanción. "Todo aquello que no está prohibido está permitido", concluye.
- La FGE sustituye a la fiscal de Madrid por el fiscal superior de Extremadura en la querella de la pareja de Ayuso contra dos fiscales en su caso de fraude
- Este domingo puedes visitar el bosque del Prat que solo abre 10 veces al año
- ¿Qué supermercados triunfan más en Catalunya? La 'pole position' de la gran distribución alimentaria se distancia de su competencia
- 30 frases e imágenes para felicitar el Día de la Madre 2023
- Un muerto en un tiroteo al lado de la parada de metro de Maresme-Fòrum de Barcelona
- Catalunya se encomienda a las próximas lluvias y al deshielo para dejar atrás la emergencia por sequía
- Muere Carola Miró, la esposa del expresidente de la Generalitat Quim Torra
- El destino de Daniel Sancho se debate ahora entre la cárcel amable de Samui y la despiadada de Bangkok