El presidente del PP de Esplugues coló durante años facturas personales como gastos del partido para pagarlas con dinero público

Una silla de bebé para el coche (469 €). El libro infantil 'Peppa va de viaje' (8,95 €). Espantasuegras, pompas de jabón y mini ranas (19,05 €). Globos de Mickey y Minnie Mouse, confeti y cotillón (54,04 €). Un peluche y juguetes infantiles (35,4€). Jamón ibérico y embutidos de charcutería (72,75 €). Vinos y quesos (228,29 €). Estos son los conceptos de algunas de las facturas personales que el presidente y concejal del Partido Popular (PP) de Esplugues de Llobregat, Marcos Sánchez Siles, coló como gastos del partido durante cuatro años para que el ayuntamiento de la ciudad del Baix Llobregat los asumiera con dinero público, a cargo del presupuesto municipal. Sánchez, hasta mayo del año pasado único concejal popular en Esplugues, fue también secretario general de Nuevas Generaciones en Catalunya.

Las controvertidas facturas del edil de la oposición figuran en la contabilidad interna del Ayuntamiento de Esplugues, a la que ha accedido EL PERIÓDICO después de que, durante este primer trimestre del 2024, el consistorio haya culminado la revisión de la facturación de los grupos municipales del año 2019 al 2022. Aunque las del 2023, último ejercicio del pasado mandato, están todavía pendientes de supervisión municipal, las alarmas han saltado en los órganos internos de la administración local, que durante esta primera parte del año han analizado en bloque la facturación del líder popular durante el mandato previo a las elecciones municipales de 2023.

De un libro de Peppa Pig a una silla de bebé para el coche: las facturas más controvertidas del presidente del PP de Esplugues

Este diario ha consultado una a una la totalidad de facturas remitidas por Sánchez a la Secretaría del consistorio en relación a cada uno de los cuatro ejercicios, con las correspondientes 'declaraciones responsables' en las que el concejal popular afirma que los gastos están, "bajo mi entender, vinculados al funcionamiento ordinario del Grupo Municipal".

Siguiendo la argumentación sostenida por Sánchez, estarían también vinculados al funcionamiento ordinario del PP pagos en charcuterías como DGusta (Esplugues) o Mercè (Sant Andreu de Llavaneres); compras de juguetes o plastilina en La Llibreria Esplugues; adquisiciones de globos infantiles o artículos para celebraciones en Party Fiesta; o decenas de peticiones de comida a domicilio, especialmente en el Japonés en Casa de la Ronda General Mitre de Barcelona. En este último caso, los gastos estarían incluso vinculados al funcionamiento ordinario del partido, a ojos de Sánchez, pese a realizarse las peticiones de comida a domicilio a las 20:50 h de la noche, como por ejemplo ocurrió el festivo 24 de junio (100,86€) y el sábado 16 de julio (66,86€) del 2022.

Del mismo modo, entrarían en el funcionamiento ordinario del PP las cuatro comidas por valor de 811,4€ que Sánchez facturó durante el mes de agosto del 2021, cuando el consistorio estaba inactivo, en ciudades alejadas de Esplugues como Llivia (Girona), Saillagouse (Francia) y Vinaròs (Castellón). Y también otras comidas de entre 200 y 400 euros con protagonismo de marisco o ibéricos. Las facturas más controvertidas del presidente del PP de Esplugues pueden consultarse en la siguiente tabla confeccionada a partir de la documentación a la que ha accedido este diario.

La contabilidad interna del Ayuntamiento de Esplugues contempla unas 670 facturas aportadas por Sánchez entre el 2019 y el 2022, que suman entre todas 60.936,95 € a cargo del erario público de Esplugues, aunque no es posible certificar qué proporción del total fue destinada a fines personales del edil. Todas ellas han sido aportadas por Sánchez como justificación de la subvención pública que se asigna a cada partido para sufragar gastos ordinarios en función del número de concejales. Los populares recibieron 68.900 € para todo el mandato pasado, algo más del importe que suman los tiques del concejal.

Sánchez, de hecho, llegó a retirar de la contabilidad unas 50 facturas —una docena por ejercicio aproximadamente— tras ser apercibido al respecto de su praxis a mediados del 2023. Esas facturas no se han incluido en este reportaje. Los otros centenares de facturas, entre las que destacan los llamativos conceptos ya citados, se han mantenido en los gastos esgrimidos por el PP de Esplugues hasta la fecha.

Consultado telefónicamente por este diario, el concejal Marcos Sánchez, que reconoce como propias todas las facturas mencionadas en este reportaje al serle leídas en voz alta, asegura estar "sorprendido" por el hecho de que en el consistorio hayan saltado las alarmas, "porque ni a mí ni al Grupo Municipal Popular nos han informado de absolutamente nada", señala Sánchez, quien subraya haber "solicitado sistemáticamente a la Intervención General del Ayuntamiento de Esplugues que fiscalice nuestros gastos y los de todos los partidos", un proceso que, explica el edil, "no es definitivo y sigue abierto porque todavía no ha pasado por el Pleno municipal".

Preguntado por este periódico sobre si, más allá del proceso administrativo pertinente, su intención al presentar las facturas fue la de que se acabaran asumiendo a cargo del Presupuesto municipal —con dinero público—, Sánchez admite que, efectivamente, presentó la documentación para que los gastos se contemplaran como propios del Grupo Popular. Tras dos evasivas a la pregunta "¿ratifica entonces que los conceptos de las facturas personales que le nombro están vinculados al funcionamiento ordinario del Grupo Popular?", Sánchez se limita a afirmar que "ese ejercicio le corresponde a la Intervención municipal del consistorio". Añade que "ahora mismo no puedo hablar de una o diez facturas, aunque estaré encantado de discutir cada uno de los conceptos". Y concluye que algunos gastos son "discutibles", y pone el ejemplo de los globos: "Usted puede considerar que los globos pueden, bajo su punto de vista, ser objeto del funcionamiento ordinario del Grupo Municipal; por supuesto es discutible, sí".

Por su parte, fuentes municipales del Ayuntamiento de Esplugues admiten a este diario que "se está investigando internamente la facturación del Grupo Popular por haberse detectado diversas facturas con posibles irregularidades". Consultadas por eventuales consecuencias e incluso por el horizonte de que la contabilidad popular pueda ser objeto de alguna acción legal, estas mismas fuentes aseguran que "los importes de las presuntas facturas ilícitas deberán al menos devolverse", y se limitan a afirmar que el consistorio se halla "analizando documentación y evaluando escenarios".

De la posible malversación al Código de Buen Gobierno

El artículo 432 del Código Penal define la malversación de caudales públicos con la siguiente literalidad: "La autoridad o funcionario público que, con ánimo de lucro, se apropiare o consintiere que un tercero, con igual ánimo, se apropie del patrimonio público que tenga a su cargo por razón de sus funciones o con ocasión de las mismas, será castigado con una pena de prisión de dos a seis años, inhabilitación especial para cargo o empleo público y para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo por tiempo de seis a diez años".

Expertos independientes consultados coinciden en que los hechos pueden llegar a entrar en el ámbito penal. El abogado penalista David Aranda, del despacho Arrels Advocats, entiende que, en caso de probarse que Sánchez destinó fondos propios de la Administración a gastos personales como los descritos con dinero público, "los hechos podrían ser constitutivos de un delito de malversación". A juicio de Aranda, la condición de 'autoridad' es predicable del cargo de concejal pese a estar en la oposición, y además "es evidente que hay un ánimo de lucro: no necesariamente debe haber un acrecimiento patrimonial directo en terminos de liquidez, sino que es suficiente con la obtención de beneficios como la compra de artículos o bienes independientemente de la cantidad de los gastos para entender que hay dicho ánimo de lucro", señala Aranda.

Por su parte, el también penalista Miguel Capuz, del despacho Capuz Abogados y expresidente de la Comisión de Derecho Penal del Col·legi de l'Advocacia de Barcelona (ICAB), concurre con Aranda en que en las facturas analizadas hay indicios para pensar que los hechos puedan ser constitutivos de un posible delito de malversación de caudales públicos. A ojos de Capuz, es relevante que el concejal además no tenga responsabilidades de gobierno y esté en la oposición, circunstancia que dificulta la conexión de los gastos con cualquier cartera o responsabilidad municipal.

Las conductas de los ediles en torno a los gastos de los partidos están reguladas en el Codi de Bon Govern de la ciudad, aprobado por el Pleno municipal de Esplugues en marzo del 2016. El octavo apartado está dedicado a prever medidas de buen gobierno en la gestión de las asignaciones de los grupos municipales.

En julio del 2020, el Pleno aprobó un dictamen que lo desarrolla, el cual regula que las dotaciones económicas a los grupos municipales de Esplugues "deben destinarse a finalidades relacionadas con el funcionamiento ordinario y el desarrollo de la actividad propia del respectivo grupo político". El dictamen local cita a título de ejemplos algunos tipos de gastos admitidos: pago de alquileres o suministros; de restauración; de desplazamientos; de material de oficina; o de servicios de comunicación y de la actividad propia del grupo político.

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