SUPUESTOS ABUSOS SEXUALES

La Fiscalía pide 20 años para un educador por abusar de una menor discapacitada en Esplugues

El acusado ha comparecido este jueves en la Audiencia de Barcelona

El acusado ha comparecido este jueves en la Audiencia de Barcelona / Pol Solà (ACN)

EFE/ACN

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El trabajador auxiliar juzgado en la Audiencia de Barcelona por supuestamente violar a una menor con discapacidad intelectual en una residencia de Esplugues de Llobregat los veranos de 2016 y 2017 ha negado este jueves los hechos, por los que la Fiscalía pide una pena de 20 años de prisión.

Durante el juicio, Julio Manuel P.A., en prisión provisional desde 2017 y a quien se acusa de dos delitos continuados de abuso sexual mientras ejercía como auxiliar en un centro de la Fundació Finestrelles de Esplugues, ha defendido “contundentemente” su inocencia y ha asegurado tener “siempre un alto respeto a las autoridades, a los compañeros y aún más a los usuarios del centro”.

La joven, que ahora tiene 19 años, sufre el síndrome de Prader Willi, lo que le provoca una discapacidad intelectual del 33% al 66% con rasgos autistas e ingresó en el centro en verano de 2016 por decisión de su familia tras sufrir tocamientos por parte de un joven al que había conocido por Internet, cosa que denunció y comportó una condena al chico.

Según la Fiscalía, durante ese mismo verano y en más de una ocasión, así como en el verano siguiente, el acusado habría aprovechado sus turnos de noche en el centro y la “relación de dependencia” de la víctima respecto a él, al ser el único empleado que velaba en su planta, para acudir a su habitación y abusar sexualmente de ella, vaginal y analmente.

El acusado niega los hechos

El procesado, de 57 años, que no ha contestado a las preguntas de la acusación particular, ha explicado que en 2016 coincidió con la chica sólo en una ocasión porque él estaba realizando los turnos de noche en una planta distinta a la que se encontraba la víctima, a quien ha definido como “totalmente autónoma”.

En julio de 2017, según ha defendido el acusado, la entonces menor le explicó los encuentros que había tenido con el joven que le hizo tocamientos y, en alguna ocasión, la vio desnuda por los pasillos de la zona de habitaciones, aunque “recondujo la situación y la mandó a la habitación”.

Ha apuntado además a que, alguna vez, ella le dijo que le “esperaba” en la habitación, y ha afirmado que era imposible cometer los abusos sexuales porque las puertas de las habitaciones estaban abiertas y otros internos o trabajadores lo habrían escuchado.

Cambio de actitud

Su versión contradice totalmente a la de la Fiscalía, quien apunta a que el cuidador habría besado y penetrado en varias ocasiones a la menor, tanto en su habitación como en la de otros residentes e incluso en el baño, pidiéndole que no dijera nada o, de lo contrario, sería despedido y encarcelado.

Tras la declaración del acusado, la vista oral ha continuado con el visionado de la declaración de la víctima, que se ha realizado a puerta cerrada, y de varios testigos, péritos y de los padres de la joven, que han dado credibilidad a la versión de su hija, que les contó todo lo sucedido en verano de 2017.

Los progenitores han explicado que vieron un cambio bastante importante en la entonces menor desde mediados de 2016 y que ese relato les hizo entender, por ejemplo, el aumento del insomnio o de autolesiones. Así, han apuntado a que la chica se movía sola en autobús por Barcelona, pero dejó de hacerlo, además de perder otros elementos de autonomía que había adquirido.

Veinte años de cárcel

Unos cambios que también ha constatado la psiquiatra infantil del Hospital Sant Joan de Déu, que trataba a la joven desde hacía cinco años, y que ha defendido la incapacidad de la víctima de inventar o fabular, sino lo contrario, porque tiene mucha memoria pero no demasiada imaginación, comprensión ni expresión oral.

Por su parte, los péritos forenses propuestos por la defensa sí han advertido de que la joven, por su enfermedad, puede tener tendencia a mentir. La Fiscalía pide 20 años de cárcel por dos delitos continuados de abuso sexual, 10 de libertad vigilada, 11 de prohibición de aproximación o comunicación con la víctima y más de 15.000 euros de indemnización.

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