"El triunfo del Barça femenino supone romper la hegemonía del Olympique"

Arropadas por más de 40.000 aficionados, las integrantes del equipo femenino del F.C.Barcelona, se proclamaron campeonas de la Champions en San Mamés, la catedral del fútbol. Derrotaron a la ocho veces campeona de Europa. Cerraron la temporada con un póquer de títulos: Liga, Copa, Supercopa y Champions gracias a contar con dos ases en la manga: Aitana Bonmatí, elegida la mejor jugadora de la final, y la capitana Alexia Putellas, ambas Balones de Oro.

Aitana definió con exquisita perfección una asistencia precisa y preciosa de Mariona Caldenteny. Alexia, con el dedo, le indicó a Claudia Pina dónde debía colocarle el balón y se lo sirvió en bandeja para golpearlo con toda su alma y alojarlo en el fondo de la red. Era el 2-0 inapelable. De la A a la A, con mayúsculas, junto a un conjunto de jugadoras extraordinarias, para coronarse en Europa, en un marco incomparable, batiendo a su pesadilla, a su eterno rival, el Olympique de Lyon, en un posible cambio de ciclo hegemónico.

Una inmensa y desbordante alegría para la hinchada culé. Un triunfo balsámico en un día amargo por la defenestración de Xavi Hernández que se despidió, apesadumbrado, con un discurso conciliador, como un caballero.