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"Todavía encasillamos a las personas, incluso antes de nacer"

Baberos tendidos en el escaparate de Creacions Umbert, en Barcelona

Baberos tendidos en el escaparate de Creacions Umbert, en Barcelona / Facebook / Creacions Umbert

Hace un par de semanas, mi hermana nos contó que estaba embarazada y la alegría por la nueva llegada en unos meses era notoria. Ayer lo comunicó al resto de la familia y junto a las felicitaciones llegaron las muestras de apoyo y regalos: "En cuanto sepas si es niño o niña dínoslo, para hacerle un babero".

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Y digo yo -como dije allí mismo-, ¿qué tendrá que ver el sexo del bebé con el babero? Pero sí, claro que es relevante para quienes ven y perpetúan, de forma consciente o inconsciente, los estereotipos de género. No vaya a ser que el babero del nene tenga un lacito y una muñeca o el babero de la nena sea azul en vez de rosa.

Me entristece y me enfada ver que todavía encasillamos a las personas -incluso antes de llegar al mundo- en unos roles que limitan nuestro desarrollo humano. Al menos me alivia saber que esa personita, cuando nazca, va a tener una tía que no le da importancia a cómo es su babero.

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