Ruido, aglomeraciones y suciedad: la otra cara del Primavera Sound

Ha pasado una edición más del Primavera Sound, y lo que es beneficioso para unos, no lo es para otros.

Metros a rebosar, autobuses a rebosar y trambaix a rebosar. Cabe decir que tanto mi compañera como un servidor somos vendedores de ONCE, con las consecuentes deficiencias visuales y físicas, y el buscar o que te dejen un asiento reservado se convierte en una odisea difícil. El otro problema es que con tal cantidad de asistentes, unos 200.000, te encuentras con numerosas defecaciones, micciones y vómitos en los alrededores del evento, y eso da mucho asco. A todo eso hay que sumarle el ruido y molestias que ocasionan tanto la música como los asistentes en general.

Pido al Ayuntamiento que mire de crear estos festivales en algún otro lugar fuera de la ciudad, que lo que es bueno para unos, no lo es tanto para otros.