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"La reforma laboral de Yolanda Díaz es y será un éxito rotundo"

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, comparece tras la reunión del Consejo de Ministros en Moncloa, a 28 de diciembre de 2021, en Madrid (España).

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, comparece tras la reunión del Consejo de Ministros en Moncloa, a 28 de diciembre de 2021, en Madrid (España).

César Carulla

Para entender la política de altura, esa que nunca expresa la verdad de forma directa, hay que escarbar profundo en las palabras de los diferentes actores políticos hasta encontrar cuál es el verdadero sentido de intencionalidad que desde cada parte se expresa.

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En lo referente a la aprobación de la reforma laboral que desde el Gobierno se impulsa, de todos es sabido que la larga y tediosa negociación, primero entre socios de gobierno y después entre el Gobierno y los principales actores sociales que representan a empresas y trabajadores, era una exigencia directa que la UE hacía a España si esta quería optar a los fondos de recuperación. Es decir, en realidad la negociación comienza entre Gobierno y la UE para que le sea asignada cierta cantidad de los fondos. Ese dato lo conocen tanto Bildu, como PNV, como ERC, así como el resto de partidos políticos con representación en la cámara.

PNV está diciendo que su voto es un 'no' si no se prioriza el convenio autonómico sobre el estatal, y el secretario de Estado de Empleo y Economía le responde que esa parte no se ha tocado en la reforma. Por tanto, el PNV únicamente está expresando su sentido nacionalista a su electorado nacionalista. Es decir, su voto será un 'sí', pues la preferencia autonómica no se reforma. Tan solo es un golpe de efecto.

ERC dice que la reforma es un parche de poca monta y que no resuelve el problema que tienen los trabajadores fijos en cuanto a la cantidad a percibir en caso de despido. Eso sí, también dicen que están dispuestos a negociar. Y de todos es sabido el negocio que ERC prioriza en este momento: la mesa de diálogo para resolver el conflicto entre Catalunya y España. Por tanto, el Gobierno asegurará su apoyo con tan solo adoptar el compromiso que alcanzó para lograr su investidura.

Ni siquiera Bildu votará que 'no' a una reforma que protege a los trabajadores temporales. De la extrema izquierda, muchos de sus votantes son currantes de empresas temporales.

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