"Cuando se pervierte la finalidad de una lengua, esta se convierte en un asunto antipático"

Después de una década de mandatos independentistas, nos encontramos con la triste realidad de que la lengua catalana sufre un retroceso importante. Este fenómeno es una consecuencia muy lógica cuando la lengua, el idioma, se utiliza para fines que no son los naturales. El idioma es un vínculo de comunicación entre las personas, una herramienta que construye cultura.

Cuando se pervierte su finalidad, por ejemplo, utilizándolo como un arma política, como un medio para crear diferencias, como un distintivo social, cuando se presenta como una víctima de otras lenguas, es entonces que la lengua, el idioma de un pueblo, se convierte en un asunto antipático.

En Catalunya tenemos el honor de disfrutar de varias lenguas como el catalán y el castellano, es un hecho que nos puede enriquecer como país. Si tú me hablas en catalán y yo te contesto en castellano y los dos nos entendemos, ¿cuál es el problema? Si me pides que cambie de idioma porque no me entiendes y yo lo hago, ¿cuál es el problema? Si los dos mantenemos una conversación en catalán, pues mejor.

El idioma de un pueblo solo tiene que servir para poder comunicarte y para enriquecer de cultura al país.