Contenido de usuario Este contenido ha sido redactado por un usuario de El Periódico y revisado, antes de publicarse, por la redacción de El Periódico.

"Miedo, respeto, ignorancia... muros psicológicos ante la persona en silla de ruedas"

Una persona discapacitada.

Una persona discapacitada. / Pixabay

Miedo, respeto, ignorancia… Soy una persona, en este caso un hombre, pero me desplazo sentado porque no puedo caminar. Curiosamente, gran parte de la sociedad me trata como si fuera un niño o ni me trata. Es como si mi silla les diera 'yuyu', es como si me hiciera invisible. Es muy raro que cuando voy con alguien, a comprar por ejemplo, a un bar, a cualquier sitio, la dependienta, el camarero o la banquera… se dirijan a mí. Son muros psicológicos que por mucho que mis manos no se muevan y mis pies no caminen, mi cabeza no podrá entender. Son vallas hechas a través de la ignorancia que siguen levantadas en el siglo XXI, son muros transparentes que por muchos caminos accesibles que construyamos no desaparecerán mientras el miedo, el respeto, la ignorancia… no los rompa la sociedad.

Entretodos

Publica una carta del lector

Escribe un 'post' para publicar en la edición impresa y en la web

Una silla de ruedas es como unas gafas de sol, por decir algo: para poder caminar por la vida de forma normalizada. Una silla de ruedas no te hace niño, no te vuelve bobo, no te diferencia de otra persona en nada, simplemente es el miedo de quien no la usa lo que te hace diferente. Los del respeto, el miedo, la ignorancia… atreveos, sed valientes y dirigíos a mí como a cualquier persona que camine, entonces entenderé que los muros psicológicos los habéis derrumbado y yo podré pasear por la vida como un hombre, como una persona sin limitaciones.

Por mucho que uno luche, si el de enfrente no entiende nunca logrará su propósito.

Participaciones de loslectores

Másdebates