Las redes sociales promueven la falta de autoestima

Como adolescente de 17 años, estoy constantemente conectada a las redes sociales, en especial a Instagram (creé mi perfil a los 13 años).

Debo decir que esta aplicación ha marcado por completo mi adolescencia, la cual se ha visto sumergida en un espiral de inseguridades que, como yo, cientos de chicas hemos tenido que sobrellevar. Me pregunto qué les pasará por la cabeza a las niñas de 13 años de hoy que ven día tras día los perfiles idealizados que Instagram les enseña. Veo sus cuentas y me recuerdan a mí. Todavía adolescente, sin embargo, empiezo a ver con cierta perspectiva los últimos años y me doy cuenta de lo influenciables que somos en esta época. Que con tan solo 17 años mis amigas y yo tengamos más miedo a engordar que a no aceptarnos tal cual somos, me preocupa.

Y me preocupa más aún que estas niñas de 13 años no sepan cómo aceptarse a ellas mismas porque lo único que tienen a mano es un móvil con una aplicación llamada Instagram que les enseña todo lo contrario: a ser delgadas como la única manera de ser aceptadas.

Romper con los estereotipos marcados por la sociedad no es algo  fácil, pero mucho más difícil es superar una enfermedad como la anorexia o la bulimia. Así pues, creo que una aplicación como Instagram, con tanta influencia a nivel mundial, no debería crear complejos ni inseguridades, sino que debería ser usada para promover el querernos tal cual somos y dar a las adolescentes herramientas para que no caigan en las tentaciones típicas de esta etapa.