Cuando los hombres de Estado ni están ni se les espera

Donde están. Cada día que pasa me hago la misma pregunta y a medida que avanzan los días la respuesta es más alarmante: no están. En el mundo de la política española, y aquí incluyo también la catalana, pues todavía forma parte del Estado Español, ni están ni se les espera.

La política por definición es "el conjunto de acciones orientadas al bien común". ¿Alguien ve en el mensaje de los líderes actuales una orientación al bien común? Mejor dicho, ¿tienen algún mensaje que no sea oportunista y mentiroso, que no esté orientado a la obtención de votos y por tanto a la consecución del poder?

De verdad, ¿alguien cree que cualquiera de los políticos actuales tiene "madera" para dirigir un país? Mírenlos sin partidismo. Aparquen por un momento su simpatía o su sentimiento visceral ante los discursos que emiten y piensen ¿Están esas personas preparadas para dirigir el país orientado hacia la consecución del bien común? ¿Para escuchar a los oponentes? ¿Para buscar y encontrar puntos en común?

El respeto al adversario, el mantenimiento de las buenas formas debería ser norma de obligado cumplimiento para todos los políticos porque si no toda la animosidad y enfrentamiento se transmite a la población y se genera una crispación y una agresividad de muy difícil solución y cuyas consecuencias se mantienen por largo tiempo.

Es posible que a los grupos que no se presentan a las elecciones le interese este enfrentamiento, el de la población. Ya se sabe: "divide y vencerás".

Ahora que se hace tanta propaganda del Pacto Constitucional y de la Transición, valdría la pena dar una mirada a la generación de los políticos que la llevaron a buen puerto. Creo que cualquiera de los de aquella generación, desde la derecha hasta la izquierda, superarían con creces por su visión de estado y su capacidad de pacto a cualquiera de los líderes actuales.