"Los ciudadanos debemos exigir mayor transparencia en la gestión de tributos"

Tengo una creciente preocupación por la proliferación de impuestos que los diferentes niveles de gobierno -central, autonómico y local- nos imponen a los ciudadanos. Da la impresión de que cada año se duplican o inventan nuevos tributos, generando una carga cada vez más insostenible para las familias y las empresas.

Un ejemplo reciente es el impuesto sobre el reciclaje en Terrassa, denominado 'taxa comarcal servei tractament de residus' que, según explican, responde a una directiva de la Unión Europea. Este nuevo tributo se suma al impuesto de circulación y al de contaminación, dando la sensación de que pagamos múltiples veces por lo mismo.

La lógica detrás de este nuevo impuesto es que los ciudadanos y las empresas deben cubrir la totalidad de los costos del reciclaje. Esto nos lleva a una reflexión inevitable: si dejáramos de reciclar, ¿dejaríamos de pagar? Obviamente, no es así de simple, pero la cuestión es que estos impuestos adicionales parecen ser redundantes y no contribuyen a una gestión eficiente de los recursos.

La constante invención y aumento de impuestos no solo deprime el consumo, ya que cada compra está gravada, sino que también afecta gravemente a nuestra economía. Esta situación puede llevar a muchos ciudadanos a una situación económica insostenible, donde la presión fiscal se vuelve asfixiante.

No es de extrañar que, ante tales circunstancias, crezca el descontento y la sensación de injusticia. La percepción de que pagamos más impuestos para cubrir gastos ineficientes o incluso para llenar los bolsillos de algunos políticos corruptos es alarmante. En mi humilde opinión, es fundamental que empecemos a exigir una mayor transparencia y eficiencia en la gestión pública, así como una reducción de la carga fiscal que permita a los ciudadanos disfrutar de sus libertades individuales y mejorar su calidad de vida.