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Arte y sexualidad

’Venus y Adonis’, de Rubens.

’Venus y Adonis’, de Rubens.

Las Artes han buscado siempre expresar la belleza y la armonía de la naturaleza, de la humanidad, de las creaciones humanas. Pero en pocas civilizaciones la práctica de las Artes ha sido algo común a todos sus miembros.

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El rol dado al hombre hasta hoy en día ha sido muy pobre, y se ha juzgado su valor en base a sus posesiones. El pensamiento masculino hasta hoy se ha centrado en el avance de la ciencia y la tecnología. Este pensamiento nos ha conducido siempre al enfrentamiento entre culturas y a muchas guerras. Solo recientemente, a base de mucho esfuerzo y lucha pacífica, se le ha reconocido a la mujer en la sociedad un rol diferente del de la maternidad y las tareas domésticas.

Seguramente hay tantas formas de pensar como individuos en la humanidad, pero, como dijo el poeta alemán Rilke, el rol futuro de la mujer no puede ser el de substituir al hombre en todos los ámbitos, y actuar como el hombre ha actuado hasta hoy.

En la antigua Grecia el hombre y la mujer se complementaban, y la homosexualidad masculina y femenina eran aceptadas como algo natural. En esta sociedad florecieron la Filosofía y las Artes. Más tarde en Roma la homosexualidad era aceptada también.

En estas culturas no se conocía la culpa ni el pecado, que fueron una creación de la moral judío-cristiana. En la Edad Media, esta moral condenó a muchos hombres y mujeres a la hoguera, por la creencia que las prácticas homosexuales eran algo demoníaco. Este argumento no puede sostenerse, pero en los países cristianos y en los países islámicos, herederos de esta moral, está todavía presente.

En las vidas y las obras de muchos artistas de nuestra civilización está presente el sentimiento de culpa por la propia orientación sexual. Muchos de ellos han reflejado en sus obras la amargura de no haber sido aceptados por sus contemporáneos, y haber tenido que ocultar a los demás algo tan natural como su propia sexualidad.

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