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"Acabemos con el edadismo"

Atención a un paciente en una residencia de Barcelona.

Atención a un paciente en una residencia de Barcelona. / FERRAN NADEU

El pensamiento capitalista nos ha contagiado debido al papel que tienen los mercados en la vida pública, y el persistente discurso político basado en valores mercantiles, donde el dinero vale más que el bien social, lo que ha facilitado comportamientos sociales edadistas, que discriminan a las personas por su avanzada edad.  Del edadismo, que hoy es más acusado que el racismo y el sexismo, participamos la gran mayoría de manera invisible, ya sea por acción directa u omisión voluntaria o involuntaria. No solo es una visión normalizada, también está institucionalizada, por lo que ningún gobierno, partido político o institución ha pedido perdón hasta ahora. 

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La manera de ver a los ancianos como una carga social ha fomentado el trato inhumano dispensado durante años hacia los ancianos hacinados en residencias con pésima alimentación y un gran déficit de cuidados sanitarios, en muchos casos hasta han sido víctimas de maltrato físico y psicológico. Por si esto no fuera suficiente, se les negó también el auxilio hospitalario durante la pandemia del covid-19. Protocolos redactados por las instituciones pertinentes en materia de salud, dieron manga ancha para el triaje de enfermos basándose principalmente en criterios de edad.

Cuando se dictó la reciente ley de eutanasia que tuvo el apoyo de la mayoría de partidos políticos, aseguraban que la nueva ley daría una 'muerte digna' a enfermos y mayores, pero hoy salvo para obtener réditos políticos, ningún partido censura de forma constructiva la muerte indigna de los 4.009 residentes que no tuvieron siquiera la compañía de un familiar en sus últimos días. El macabro espectáculo de dejar sus cuerpos fallecidos hasta 72 horas sobre sus camas ha sido justificado, pero llegar a tal deshumanidad, fue un comportamiento edadista disfrazado de filosóficas excusas políticas que marcará para siempre uno de los capítulos más negros de nuestra historia.

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