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El ruido de los helicópteros en Barcelona: "Si quieren buenas vistas, que suban a pie al castillo de Montjuïc"

Una pareja del Poble Sec alerta en una carta dirigida a la sección de participación Entre Todos sobre los perjuicios para la salud que suponen los vuelos turísticos en helicóptero 

Video Benavides Helicóptero / Jordi Otix

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Luis Benavides
Luis Benavides

Periodista

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Hacer una videollamada de trabajo y no poder seguir la conversación porque pasa un ruidoso helicóptero por encima. Esto ha dejado de ser una anécdota graciosa para Victor Oliveria y Jennifer Olejarz, unos vecinos del Poble Sec que empiezan a estar “hartos” de tanto tráfico aéreo sobrevolando su ático. El pasado sábado 26 de agosto, con motivo del comienzo de La Vuelta ciclista en Barcelona, el número de vuelos se multiplicó y decidieron escribir una carta a la sección de participación de EL PERIÓDICO.

“Ahora mismo son las 11 de mañana de un sábado y escucho el cuarto helicóptero del día”, escribió en su carta Victor, de 34 años, consciente de la excepcionalidad de esa cita deportiva. “Imagino que estaban tomando imágenes de la ciudad, y lo entiendo, pero no es una cosa de un día”, explica días después Victor en su terraza acompañado por su pareja. “Llevo seis años viviendo en este piso y he notado un aumento del número de vuelos en los últimos meses”, asegura Jennifer, de 36 años, psicóloga y experta en nutrición.

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Entienden que todos estos vuelos son legales, que cuentan con los permisos correspondientes por parte de organismos estatales como la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), pero defienden un uso mucho más restringido si los fines son meramente recreativos. ¿Los motivos? La contaminación acústica de la ciudad, agravada aunque sea puntualmente por el ruido por las palas de estos artefactos voladores, subraya la pareja, afecta a la salud de las personas. “Igual que está demostrado que tener espacios verdes a tu alrededor ayuda a prevenir la depresión y la ansiedad, el ruido es muy perjudicial porque impide la concentración y el descanso”, asegura la psicóloga, que justamente adora su piso por su situación mirando hacia la montaña de Montjuïc. "Estamos a dos kilómetros del muelle y seguro que como nosotros hay más afectados, pero muchos lo deben llevar con resignación", añade Jennifer.

A la pareja les molesta la contaminación acústica, pero la atmosférica les preocupa si cabe mucho más. “¿Cómo puede ser que las cuatro personas que viven de estos vuelos puedan perjudicar a tantas personas?”, se pregunta Victor, que considera “un acto de egoísmo” contaminar para deleitarse con las mejores vistas de la ciudad. “Si quieren tener una buena panorámica de la ciudad pueden subir a pie al castillo de Montjuïc –apostilla con ironía-, sin contaminar”.

La pareja relaciona este fenómeno, el de los vuelos panorámicos, con el turismo. “No estamos en contra de los turistas, ni del sector turístico, que genera riqueza, pero necesitamos encontrar un equilibrio entre la vida de los locales y el interés que Barcelona provoca en todo el mundo”, puntualiza el lector, consultor económico de profesión.

A partir de 85 euros

Este diario se ha puesto en contacto con la compañía Helicóptero Barcelona, que ofrece vuelos a partir de los 85 euros por persona. El 70% de sus pasajeros entre los meses de junio y septiembre son turistas. El resto del año, reciben a locales y visitantes por igual en el helipuerto ubicado en el paseo de la Escullera, junto al muelle de los grandes cruceros. Sin ofrecer datos concretos, la empresa relativiza las molestias ocasionadas con una batería de argumentos. El primero, que su horario está limitado, entre las 10.00 horas y las 17.00, y solo vuelan bajo demanda. Y solo hay un helicóptero cada vez. El segundo, que la gran mayoría de los vuelos apenas duran siete minutos y recorren el litoral, por lo que su impacto acústico es mínimo, dicen. Solo los sábados tienen permiso para sobrevolar la ciudad de Barcelona -como la ruta que conecta la Torre Agbar, el templo de la Sagrada Familia y el Camp Nou- y son vuelos mucho más caros, por tanto menos demandados.

Certificado de niveles de ruido

Respecto a la contaminación acústica, fuente de AESA, un organismo estatal adscrito a la Secretaría de Estado de Transporte del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana que vela para que se cumplan las normas de aviación civil, explican a este diario que todos los helicópteros “deben cumplir con los requisitos de protección medioambiental” recogidos en el anexo del conocido como Convenio de Chicago. Esto implica que las aeronaves disponen de un "certificado de niveles de ruido" y unos límites que no pueden sobrepasar.

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Para realizar operaciones de transporte aéreo comercial con helicóptero (entre los que se incluyen los vuelos turísticos) es necesario que la compañía aérea cuente con un Certificado de Operador Aéreo (AOC). AESA ha facilitado a este diario el listado de operadores de helicópteros, con un detalle de las respectivas flotas, y el número no supera los 40 en toda España. “Las compañías que aparecen en ese listado disponen de un AOC emitido por AESA que les permite realizar operaciones de transporte aéreo comercial”, subrayan. 

AESA asegura no tener las cifras de los vuelos de helicópteros que sobrevuelan cada día ciudades como Barcelona puesto que “no es necesario notificarlos ni disponer de una autorización previa expresa para cada vuelo”, explican, por lo que tampoco pueden confirmar si el número de vuelos turísticos se ha multiplicado en los últimos años como sostiene la pareja del Poble Sec.