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Amianto, lluvia de cascotes y ratas: SOS de la Mobba de Badalona

  • Vecinos de la antigua fábrica de básculas exige al consistorio actuaciones para garantizar la seguridad en el entorno mientras se resuelve el futuro del edificio.

  • Fuentes municipales estudian poner en marcha ciertas medidas, sin bien dicen estar limitados por la judicialización del caso.

A la derecha, detalle de la fachada de La Mobba. A la izquierda, vista aérea del tejado de la antigua fábrica, con la cubierta de fibrocemento agujerada.

A la derecha, detalle de la fachada de La Mobba. A la izquierda, vista aérea del tejado de la antigua fábrica, con la cubierta de fibrocemento agujerada. / PARQUE DE LA MOBBA

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Luis Benavides
Luis Benavides

Periodista

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La plataforma Parque de la Mobba, integrada por vecinos que piden al Ayuntamiento de Badalona el derribo de esta antigua fábrica, ha enviado un comunicado a la sección Entre Todos enumerando los peligros que entraña el mal estado del edificio. “Estamos muy preocupados”, escriben.

El deterioro de la fachada es evidente a simple vista y las placas colocadas para recoger los cascotes que se desprenden no son efectivas según estos vecinos, que aportan fotos de unos “pedruscos” que rebotaron en las planchas e impactaron en las aceras. Eso sucede "especialmente en la parte que da a la calle Eduard Maristany con Dos de Maig”, precisan en su carta.

Una de las portavoces de la plataforma, Manuela Ocaña, explica a este diario que "el peligro es constante" pero se acentúa en los días de fuerte viento. “Ya han dañado coches aparcados y nos da miedo que pueda caerle en la cabeza a alguien, porque lo mata. Por esa calle pasan cada día muchos escolares”, subraya una vecina también preocupada por la cubierta del edificio y ese enemigo invisible llamado amianto. “Sentimos que estamos muriendo lentamente –añade- por las partículas de fibrocemento que se están extendiendo por todo el barrio”. 

El tejado de la antigua fábrica, de unos 1.400 metros cuadrados, está dañado y la plataforma insta al consistorio a tomar medidas urgentes. “Todavía estamos esperando una respuesta a las instancias presentadas para que solvente un problema que nos parece muy grave, porque estamos respirando eso constantemente”, añade Ocaña, que considera que el Ayuntamiento que lidera el PSC “se está escudando en la judicialización” del caso la Mobba, algo que consideran compatible con unas “actuaciones que podrían minimizar” una situación que puede implicar “daños físicos irreparables”. 

Fachada de la antigua fábrica Mobba de Badalona.

/ ACN / Jordi Pujolar

A los desprendimientos y el fibrocemento se añade un problema de salud pública, dicen, provocado por el depósito de basuras, orines y excrementos entre la valla y el edificio y una plaga de ratas. “La fábrica vieja es cada vez más un estercolero y un riesgo para salir incendiados los edificios colindantes”, subrayan.

Preguntado por esta queja vecinal, el Ayuntamiento informa de que están "a la espera de una resolución judicial por parte del juez para poder definir el futuro del espacio". Con todo, dicen ser "conscientes de la situación, en precario, en la que se encuentra la antigua fábrica y también su entorno". Estas fuentes municipales avanzan que pondrán en marcha "algunas actuaciones, las que permita la ley, para mejorar la seguridad y la convivencia", sin entrar en más detalles.

Expropiación en 2014

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La polémica en torno a la antigua fábrica de balanzas y básculas se remonta a 2014, cuando fue expropiado por el consistorio y sus terrenos fueron catalogados como zona verde. El plan original contemplaba el derribo y la construcción de un parque. Sin embargo, cuando las máquinas ya estaban dentro para iniciar la demolición, una imagen que recuerda perfectamente Ocaña, las obras fueron paralizadas por orden judicial: se trataba de proteger un bien de interés cultural local (ICBL) avalado por un informe de la Generalitat.

Los intereses de la plataforma Parque de la Mobba chocan con los de otro colectivo, Salvem La Mobba, que defienden una mixtura de usos: recuperar la parte más nueva como centro artístico y cultural –ya acogió un núcleo de creadores artísticos en su última etapa, actividad consentida por el anterior propietario-, y destinar el resto a parque.