Contextos de arte Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Sorolla en su centenario

Todo artista tiene un profundo conocimiento de la historia del arte precedente, estudia y se inspira en los grandes maestros para, partiendo de ellos, hacer algo nuevo. El pintor valenciano no iba a ser menos

Caballero con banda, 1882, Museo Sorolla.

Caballero con banda, 1882, Museo Sorolla.

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Ana Diéguez-Rodríguez
Ana Diéguez-Rodríguez

Directora del Instituto Moll

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Este 2022 termina, artísticamente hablando, preludiando lo que vendrá en 2023 en España: el año Sorolla (1863-1923). Es el museo estatal que gestiona su casa museo en la capital la que ha dado el pistoletazo de salida con una exposición que enmarca muy bien lo que será su producción: 'Orígenes'. Y es que todo artista, sobre todo los buenos, tienen un profundo conocimiento de la historia del arte precedente, estudian y se inspiran en los grandes maestros para, partiendo de ellos, hacer algo nuevo. Joaquín Sorolla no iba a ser menos. Y es que, para dar buenos frutos, hace falta hundir las raíces en un buen sustrato. La copia de obras de grandes artistas fue una constante durante todo el siglo XIX. Son muy interesantes las listas de pintores y escultores que piden acceso a los grandes museos para poder reproducir, de primera mano, esas grandes obras. El museo del Prado conserva esos listados que permiten comprobar cómo nombres que ahora son muy conocidos comenzaron con humildad a tomar lecciones de los grandes. Esto, que parece extraordinario, en realidad es lo habitual entre los grandes artistas desde antiguo. Miguel Ángel, Bramante y Bandinelli estaban tomando apuntes y copiando el grupo escultórico del Laooconte; Rubens está pidiendo permiso a Felipe IV para copiar los Tizianos que tenía en la colección real durante su viaje a Madrid, en 1628; y Goya dibuja a Velázquez, por poner tres ejemplos elocuentes de lo que significaba el estudio -pues eso era copiar a un maestro-, aprender de otros grandes artistas. 

'Orígenes' concentra la formación primera de Sorolla. Sus primeros pasos en la escuela de Bellas Artes de Valencia y, sobre todo, sus viajes a Madrid. El Prado le dio la oportunidad de estudiar y ver a Velázquez, además de otros muchos otros pintores que también fueron fuente de inspiración para el pintor valenciano. Pero Velázquez es la gran fuente para el arte moderno. En 2003, el Metropolitan de Nueva York demuestra cómo Manet rompe con la tradición en la que se había formado gracias a su encuentro con Velázquez en una exposición monográfica dedicada a Velázquez en el pintor francés. El mismo año, el Prado edita las cartas que Manet envía durante su viaje a España, en 1865. El pintor confiesa cómo, después de haber visitado el Prado, Velázquez le ha “arrebatado”, y escribe a su amigo Henri Fantin-Latour que Velázquez es el “pintor de pintores”. Lo mismo le ocurre al joven Sorolla. Y es que en el siglo XIX ya no solo en Italia se encuentra la inspiración. Madrid se convierte, y en especial el Museo del Prado y la Academia de San Fernando, en lugar obligado para todo joven artista. Las copias de Sorolla de los originales de Velázquez, y su inspiración, van a ser fundamentales en al concepción espacial y lumínica de Sorolla, quizá antes de su paso por Roma. 

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Todos conocemos al gran Sorolla de la luz mediterránea, de sus playas, de sus pinceladas sueltas, entroncando con el Impresionismo europeo, pero faltaba entender cómo se había gestado el artista. Esta exposición del Museo Sorolla, que en el segundo tercio del año que viene viajará al Museo de Bellas Artes de Valencia (30 de marzo-10 de junio), es clave para entender lo que vendrá después. Sorolla está aprendiendo a componer grandes escenas, fuera de los estudios habituales de los aprendices, al mismo tiempo que está buscando su grafía pictórica. Experimenta y encuentra. Es un chico listo que advierte que, para ganarse al público, primero debe conquistar a la crítica y es que “para darse a conocer y ganar medallas hay que hacer muertos”, como le confiesa en estos años a un amigo.

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