Entrevista

Claudia Romero: "En 200 años podemos acabar con la vida de un lago"

El ciclo ‘Científicas por el Medio Ambiente’ que organizan Casa América Catalunya y Diplocat ofrece la ocasión, poco habitual, de escuchar a una científica centroamericana. Claudia Romero es ecóloga acuática y experta en la contaminación de lagos en Guatemala. Ha trabajado con las comunidades mayas de Atitlán, un lago 130 veces más grande que el de Banyoles. La conversación con Ramon Folch tendrá lugar el martes día 13 a las 19.00 horas en Casa América (inscripciones aquí) También podrá seguirse por YouTube y Facebook Live.

La bióloga guatemalteca Claudia Romero.

La bióloga guatemalteca Claudia Romero.

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Gemma Tramullas
Gemma Tramullas

Periodista

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-Para Tales de Mileto, el sabio griego, el agua era el principio de todo. También lo es para las comunidades del lago de Atitlán.

-En Atitlán confluyen tres etnias mayas que mantienen sus tradiciones muy apegadas. En su cosmovisión, el lago es la abuela agua, porque toda la vida emana de allí. El lago es el dador de todo y lo veneran como un ser vivo.

-Pero hasta allí ha llegado también la contaminación.

-En los pueblos creían que era normal que los niños de 0 a 5 años tuvieran diarrea, que era parte de su proceso de crecimiento. Pero lo que tienen son problemas gastrointestinales severos por tomar agua contaminada.

-¿Sus creencias dificultan el tratamiento?

-Cuando van al centro de salud les dicen que tienen que lavarse las manos y echar cloro en el agua, pero como consideran que es un ser viviente no lo hacen.

"En la cosmovisión maya el lago es la abuela agua y lo veneran como un ser vivo"

-Su recelo es lógico, al fin y al cabo ellos no son los que más contaminan.

-Nosotros les hemos enseñado el agua bajo el microscopio y al ver que lo que están comiendo son otros bichos lo entienden.

-¿Puede haber colaboración entre la ciencia occidental y el conocimiento tradicional?

-Sí, porque ellos también son científicos. Las comunidades mayas llevan viviendo allí 2.000 años y eso significa que sus acciones han sido efectivas.

-¿Por ejemplo?

-Los ancestros mayas trajeron a la orilla del lago el cultivo del tul, una planta que sirve de filtro natural contra la contaminación. Pero para que la playa se viera bonita no se ha mantenido. Ahora existe un proyecto para recuperarlo.

-Escuchar es importante también a nivel científico.

-En Guatemala existe mucha sabiduría tradicional que no ha sido valorada ni documentada y se puede perder. Sobre todo hay que escuchar la narrativa de las mujeres.

"Combinar la ciencia y la tecnología occidental con el conocimiento tradicional puede ser la solución"

-¿Existe el riesgo de idealizar ese conocimiento?

-No se trata de idealizar, sino de compartir. Combinar la ciencia y la tecnología occidental con el conocimiento tradicional puede ser la solución para salir del rezago en nuestros países y poder avanzar. No siempre vamos a ser los que necesitemos ayuda para que vengan las agencias internacionales a imponer sus criterios.

-Precisamente usted ganó el premio a la científica joven del año 2018 en Guatemala por su estudio para regenerar otro lago, el Amatitlán, con plantas.

-Hay unas plantas acuáticas invasoras que son un problema para el lago pero que también tienen una función interesante. Ya se sabía que tenían la capacidad de acumular contaminantes, pero lo que yo vi en mi investigación es que además pueden transformar las toxinas que producen las cianobacterias en elementos no tóxicos.

-¿Se llevó a la práctica esta idea de desinfección natural?

-Se incorporó a un proyecto para bioremediar el lago, pero el Gobierno no lo aprobó. En realidad, algunos gobiernos han hecho bandera del lago con campañas que solo han servido para lavar dinero. No hay un interés real en recuperarlo.

"En Guatemala todas las fuentes de agua están contaminadas con material fecal"

-La corrupción frena el avance en los países en desarrollo.

-Sobre todo en países con una brecha socioeconómica muy grande, como Guatemala. Aquí todas las fuentes de agua están contaminadas con materia fecal. Son problemas fáciles de remediar y ya tenemos plantas de tratamiento de aguas, pero no funcionan.

-¿Todos los lagos están condenados a desaparecer?

-Es su tendencia natural. Todos sufren un proceso de eutrofización natural, de ingreso de nutrientes procedentes de la descomposición de materia orgánica. Hay procesos de desecación y de cambio climático no influidos por la actividad humana que favorecen a unos organismos y desfavorecen a otros.

-¿Cuánto tiempo tarda en desaparecer un lago?

-Depende de sus características. Unos durarán miles de años y otros millones.

-¿Y con la ‘ayuda’ humana?

-La mayoría de lagos del mundo ya tienen esa huella humana, que llamamos eutrofización cultural. Podemos acelerar mucho el proceso. En 200 años podemos acabar con la vida de un lago o cualquier otro cuerpo de agua, volviéndolo anóxico, sin oxígeno ni vida, hasta que desaparece.

"Mi caso es bien atípico, un bonito ejemplo de confianza en una mujer científica"

-No es habitual escuchar la voz de la ciencia guatemalteca, y menos de una mujer.

-Mi caso es bien atípico. Dirigía el Centro de Estudios Atitlán de la Universidad del Valle, en Guatemala. Suponía un gran sacrificio porque tenía tres hijos y mi marido trabajaba en otra ciudad. Pero por cuestiones personales nos mudamos a Alemania y era difícil que mantuvieran mi contrato.

-Pero ha seguido investigando en formato virtual.

-Entiendo que lo lógico sea apoyar a la gente que está en el país y no a una persona que está a ocho horas de vuelo y embarazada de su cuarto hijo. Mi caso es un bonito ejemplo de confianza en los resultados de una mujer científica.

-En Alemania le habrán salido más oportunidades laborales.

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Toda mi energía se la dedico a Guatemala. Mi compromiso y mi corazón están allá. Sé de primera mano las necesidades que hay.