Entrevista

Vicenç Fisas: "Hay 100 etapas para construir el enemigo. En Catalunya ya hemos superado 30. ¡Cuidado!"

Experto en análisis de conflictos y procesos de paz, en Repensar el 'procés' a través del diálogo (Icaria) pone su larga experiencia al servicio de una salida negociada al conflicto entre Catalunya y España. En una larga entrevista en su casa de La Floresta, en la sierra de Collserola, insiste en su crítica a los métodos para obtener la independencia, detalla su iniciativa de paz en el País Vasco y revela el impacto del ictus que sufrió el día antes de la aplicación del 155.

Vicenç Fisas

Vicenç Fisas / Ricard Cugat

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Gemma Tramullas
Gemma Tramullas

Periodista

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Dice que no quiere dar lecciones ni decir a los políticos lo que hay que hacer. Entonces, ¿qué pretende con el libro?

Que la gente reflexione a partir de datos, números, estadísticas y comparativas internacionales. En los últimos 50 años se han celebrado 33 referéndums y ninguno de los unilaterales ha logrado la independencia.

La actitud constructiva es básica en la tradición de la cultura de paz de la que usted proviene. ¿Ve algo positivo en el ‘procés’?

Muchas cosas. Para empezar, se ha puesto sobre la mesa que hay un problema que tenemos que gestionar de alguna manera y eso interpela a las dos partes. Esto es bueno, aunque para mí la gestión ha sido un desastre. 

"Para mí la gestión del 'procés' ha sido un desastre"

El día después del referéndum del 1 de octubre, cuando Puigdemont pidió una mediación internacional, usted envió una nota a un ‘conseller’. ¿Le contestó?

Sí, para decirme que la había recibido, pero estas personas entraron en la cárcel y ya no pudieron estar activos como antes. Yo no me meto en lo que tienen que hacer los políticos, que hagan lo que quieran, pero a partir de cosas reales, no imaginadas. Confundir los sueños con la realidad es un gran error.

¿Se siente poco escuchado?

Ahora no, pero ha sido una larga travesía por el desierto. Desde el 2017 mucha gente ha empezado a pensar que las cosas no se han hecho suficientemente bien. A los políticos les cuesta hacer esta reflexión en público, pero no se trata de pedir perdón, sino de decir que las cosas se podían haber hecho mejor, de usar argumentos más realistas y plantear las cosas con más tiempo y consensos más amplios.

"Nunca se podrá encarrilar bien la negociación si sigue habiendo personas en prisión"

La represión y los presos no lo ponen fácil.

Nunca se podrá encarrilar bien la negociación si sigue habiendo personas en prisión. El Gobierno de España tenía que haber cumplido la promesa de que a finales de año se revisaría el delito de sedición.

¿Usted votó el 1 de octubre?

Este tipo de preguntas no las respondo nunca.

¿Por qué?

Mi actuación personal no tiene ninguna importancia respecto a lo que intento hacer, que es compartir análisis con todos los sectores que quieran escuchar para mejorar la manera de hacer las cosas. 

En la introducción del libro habla de la dificultad del analista de conflictos para mantener la neutralidad. La dificultad aumenta cuando tienes el conflicto en casa.

Trabajar un conflicto propio afecta más y de hecho no se recomienda. Esto lo aprendí en el País Vasco. Entre los años 2000 y 2003 hicimos un ejercicio de diálogo con todos los partidos, desde el PP a Euskal Erritarrok-Batasuna. Nunca se filtró nada de aquellos contactos y es la primera vez que lo cuento con detalle.

"En Catalunya, sin tener grupos armados, los políticos han sido incapaces de conversar entre ellos"

¿Por qué incluye esta experiencia en un libro sobre el ‘procés’?

Porque en aquellos años ETA seguía matando. En el 2000 mataron a Ernest Lluch pero nadie se retiró de ese diálogo. En cambio en Catalunya, sin tener grupos armados, los políticos han sido incapaces de conversar entre ellos, que es lo primero que hay que hacer.

Eso requiere discreción.

Hay que dedicar horas, días y fines de semana a estos contactos y hacerlo en lugares tranquilos. Yo he invitado a mi casa de La Floresta a personas del País Vasco, unos que tenían que ir escoltados y otros que mataban, y hemos mantenido diálogos muy interesantes. No se puede ir a una mesa de negociación a exigir sin haber pasado antes por esta etapa de diálogo sostenido.  

¿A qué políticos invitaría a su casa para dialogar sobre Catalunya y España?

He estado dispuesto a hablar con todo el mundo y he invitado a todo el mundo.

"Me reuniría con el mismísimo diablo para hablar de todo lo que haga falta. En mi oficio tienes que estar dispuesto a todo, si no no te metas"

¿También a Vox?

A todos, sin excepción. En el pasado me he reunido con personas que tienen las manos manchadas de sangre y me reuniría con el mismísimo diablo para hablar de lo que haga falta. En mi oficio tienes que estar dispuesto a todo, si no no te metas. 

Tanta tensión ha hecho que su salud se resienta.

Mi sistema emocional ha sufrido crisis muy fuertes por situaciones que he vivido en Colombia, Somalia, Ruanda… Cuanto terminé el ejercicio en el País Vasco, me tuvieron que ingresar. Mi cerebro explotó y perdí la memoria. Por eso en el tema de Catalunya he tenido que ir con mucha prudencia.

Tuve un ictus el 26 de octubre del 2017. Siempre bromeo con que fui la primera víctima preventiva del 155"

Sufrió un ictus poco después del referéndum. ¿Lo asocia a su vivencia del conflicto?

No. Tuve el ictus el 26 de octubre de 2017, un día antes de la aplicación del 155, y siempre bromeo con que fui la primera víctima preventiva del 155. Tengo afectada la fuerza muscular, perdí temporalmente la capacidad lectora y he tenido que volver a aprender a hablar.

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Pese a la gravedad del ictus ha seguido escribiendo libros.

Para practicar con el teclado escribí ‘Matar de hambre’, que son 600 páginas sobre el hambre en el mundo, y acaba de salir ‘Fabricando al enemigo’, donde señalo cien etapas en el proceso de construcción del enemigo. En Catalunya ya hemos superado 30 etapas. ¡Cuidado! Unos y otros. Hay que hacer una desescalada, en primer lugar lingüística, y evitar términos como «embate contra el Estado» que hacen que la otra parte se ponga a la defensiva.