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Manel Fortis: "Alguien como yo tiene que tocar 50 puertas para que se abra una"

Es mozo de almacén en una fábrica de papel de Olot y al mismo tiempo un prolífico escritor que ha publicado seis libros

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jcarbo46466894 manel fortis190109132824 / JORDI RIBOT PUNTÍ / ICONNA

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Mauricio Bernal
Mauricio Bernal

Periodista

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Vecino de Sant Joan les Fonts, cerca de Olot, Manel Fortis lleva más de 30 años trabajando en una fábrica de papel. Durante un tiempo manejó la máquina cortadora, y desde hace unos años es mozo de almacén. Trabaja en turno de mañana y tarde y esa es una parte de su rutina. La otra es la escritura, y en un sentido más amplio, la vida cultural. Fortis se ha sobrepuesto a la desventaja de no tener estudios superiores y ha publicado seis libros (cinco novelas y un libro de relatos), dirigido un cortometraje y tres obras de microteatro y fundado una asociación cultural. Aunque su debilidad es la literatura. En Olot, cada presentación de sus libros es un pequeño acontecimiento.

-No es el primero que combina la escritura con un trabajo radicalmente ajeno. Dicho lo cual, tremendo contraste.

-Mire: en la fábrica, mucha gente que no había leído un libro en su vida, gente sin una cultura, sin unos estudios, muchos camioneros… Pues esa gente leía mi primer libro y me venían llorando, con lágrimas en los ojos a decirme que les había encantado.

-Su primer libro. ‘Rey(na)’, ¿no? Sobre el cáncer de su mujer. ¿Se puso en marcha entonces el escritor que llevaba dentro?

-Se puede decir así. Yo hasta entonces lo único que había escrito eran cartas a los diarios. Pero cuando ya era evidente que eran los últimos días de Rosa… Esas horas interminables que estás en el hospital, esperando: entonces me prometí escribirlo.

-¿Escribir sobre la enfermedad?

-Más que sobre la enfermedad, sobre la forma tan positiva como ella la había vivido. Un diario de nuestra relación, marcada por el cáncer, sí, pero sin que ello nos impidiera ser felices.

-Dígame, ¿escribió pensando en publicar?

-Verá, yo escribí el libro tres años después de la muerte de Rosa y mi idea era regalarlo a la gente cercana: la familia, los amigos que habían estado con nosotros en los momentos difíciles. Pensé en autoeditarme, pero al ver lo que costaba se me ocurrió que también podía intentar vender algunos. Para no perder dinero.

-¿Cómo hizo?

-Puse un puesto en la Fira de Sant Lluc. El libro se agotó.

-¿Se agotó? ¿Cuántos ejemplares editó?

-Cuatrocientos. Lo que pasa es que Rosa era muy conocida en Olot. Trabajaba en el hospital, en atención al público. Fue muy bonito. Recuerdo que la gente me paraba por la calle: "¿Tú eres Manel?" Y me abrazaban.

-Habría podido ser algo puntual en su vida. Pero fue el comienzo de un camino.

-Me animaron los comentarios de la gente. Me decían que el relato no solo era conmovedor sino que estaba bien explicado. Yo creo que en cierto modo el no tener estudios me ha favorecido.

-¿Qué quiere decir?

-Que cuento las cosas con mucha sencillez. Sin complicaciones, sin palabras rebuscadas. Escribo las historias como me salen y eso le llega a todo el mundo.

-No solo tiene lectores que apuestan por usted. Al final, también encontró editorial.

-Me animé a escribirles. Envié 50 cartas. Cuarenta no me respondieron y nueve me respondieron para decirme que no entraba en su línea editorial. Y una me dijo que sí, ediciones Témenos. Con ellos he publicado cinco libros. El otro lo publiqué con una pequeña editorial de Sant Joan les Fonts, la editorial Oliveras.

-Suena como si hubiera sido fácil.

-No lo fue. Tuve muchos problemas. He tenido que tocar muchas puertas, tanto para los libros como para todo lo demás. Si eres un don nadie, nadie te pregunta qué estás haciendo. Alguien como yo tiene que tocar 50 puertas para que se abra una.

-¿Le ha cambiado la vida todo esto?

-En cierto modo, supongo. Cada vez que publico un libro me entrevista la televisión local, los diarios comarcales… Al principio hacía las presentaciones en Can Trincheria, que es la sede del instituto de cultura de Olot, pero ahora las hago en el teatro del Orfeó, que es un teatro pequeño, pero siempre se llena. Además, he hecho presentaciones en Barcelona, en la Casa del Llibre y en la Fnac. Algo que no podía ni soñar.

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-¿Qué hace si se le ocurre una idea en el almacén?

-Yo soy de papel y bolígrafo y siempre los llevo en el bolsillo. Si se me ocurre algo, lo anoto. Las ideas hay que apuntarlas porque de lo contrario se te van.