Espacio degradado

Un alumno de la Escola de la Concepció se pincha con una jeringuilla al salir de clase

Los padres y la escuela se quejan desde hace años del deterioro que sufren cada noche la zona

El pasaje lateral de la Escola de la Concepció y la jardinera.

El pasaje lateral de la Escola de la Concepció y la jardinera. / Marc Asensio Clupes

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Un niño, alumno de la Escola de la Concepció, se pinchó el pasado miércoles con una jeringuilla al salir de clase. No es un incidente que haya extrañado del todo a los padres de esta escuela. Estáe es un centro educativo ue está pared con pared con la sede del distrito del Eixample y en el mismo callejón que da acceso al Mercat de la Concepció, lugares, por lo tanto, transitados, pero fuera de las horas comerciales y lectivas el lugar se transforma en un espacio muy degradado. Es usado de noche para pasear el perro y no recoger los excrementos, para dormir al raso ocasionalmente y para beber alcohol, normalmente en grupo muy pequeños. Es, además, un inaceptable urinario al aire libre. La jeringuilla ha sido, en este sentido, un peldaño más en esa degradación que hace ya años que dura.

La aguja hipodérmica estaba en una jardinera situada justo delante de la puerta por la que sale el alumnado más pequeño, de P3, P4 y P5. De uno de esos cursos era el niño. Es un pasaje que une las calles de Aragó y València, el que en peor estado está por culpa de estos incivismos.

El niño fue trasladado al centro de asistencia primaria y, después, al Hospital de Sant Pau, no porque el pinchazo fuera profundo, sino por la lógica preocupación y prevención de que no sea víctima ahora de un contagio. La Agència de Salut Pública, a la vista de lo sucedido, ha decidido incluir desde este mismo viernes esta zona dentro de las rutas que sus agente de control de las drogodependencias realizan por las calles de la ciudad, sobre todo por si no se trata de un caso aislado.

El caso no sorprenderá a los responsables municipales porque las quejas de los padres y de la propia escuela por el estado deplorable de aquel entorno es una queja que ha sido trasladada en innumerables ocasiones. Esta vez, sin embargo, el incidente parece que ha desbordado el vaso.

Carga y descarga

Los ánimos ya estaban caldeados porque los episodios de abandono habían sido denunciados y no se obtenía casi nunca una respuesta clara por parte del ayuntamiento. Tiempo atrás, por ejemplo, se instalaron sillas y bancos en el pasaje para la comodidad de las familias y, de paso, para que las furgonetas de carga y descarga no estacionaran ahí. Ese mobiliario desapareció un día y nadie dio una respuesta sobre qué sucedió. El sucedo de la jeringuilla ha permitido conocer ahora que está previsto reponer esas sillas y volver a instalar las pilonas que controlaban el paso de vehículos.

La Escola de la Concepció es una escuela minúscula, de una sola línea, con dos patios realmente muy pequeños. Por eso, al salir de clase, el callejón se convierte en un pequeño parque en el que jugar. La transformación de la calle de Girona en un eje verde se promocionó desde el ayuntamiento como una manera más de ayudar a ese esparcimiento antes y después de salir de clase. Girona está justo al otro lado del mercado. A la hora de la verdad, sin embargo, no es ese tampoco un lugar seguro. Ni por la mañana ni por la tarde se respetan los horarios de carga y descarga indicados en las señales. Ningún padre está tranquilo si sus hijos juegan en ese espacio.