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El Gobierno rechaza la opa del consorcio húngaro sobre Talgo porque cree que hay inversores rusos detrás

En las próximas horas se enviaría a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el anuncio de la oferta

Un Tren Avril de Talgo

Un Tren Avril de Talgo / EP

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Bombazo final en la esperada opa del consorcio húngaro Ganz-Mavag sobre Talgo. El Gobierno "hará todo lo posible" para rechazar la opa, según explicó ayer el ministro de Transportes, Óscar Puente, en II Congreso de Movilidad Inteligente y Sostenibilidad organizado por el Grupo Prensa Ibérica. La decisión del Gobierno, que teme que haya inversores rusos o el mismo Estado, detrás de esta operación, es un bombazo en toda regla en una operación en la que el consorcio húngaro, integrado en un 55% por la compañía Magyar Vagon del inversor András Tombor y al 45% por el fondo estatal Corvinus, ultimaba ya la presentación formal de la anunciada oferta de adquisición (opa) por Talgo. Ganz-Mavag iba a enviar por carta al consejo de administración de la compañía de ferrocarriles española la oferta formal, a un precio de 5 euros por acción. Talgo vale ahora en bolsa unos 570 millones, ya que cotiza por encima de los 7 euros por título. A partir de este instante, se iba a abrir definitivamente el proceso de la opa, ya que en las próximas horas se enviaría a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el anuncio de la opa. En estos instantes falta conocer si el consejo de Talgo se pronunciará y en qué momento lo hará.

Como publicó 'activos', la opa del consorcio húngaro sobre Talgo era cuestión de horas, una vez que András Tombor logró cerrar el apoyo de los bancos acreedores de la compañía española. El acuerdo básicamente consiste en tener la seguridad de que las entidades financieras, que suman más de una veintena y que mantienen préstamos por más de 300 millones, no ejecutaran estos créditos cuando Talgo cambie de manos. Además, el pacto incluiría también que los bancos sigan apoyando financieramente a la nueva Talgo bajo control húngaro.

Una empresa estratégica

Ahora hay que saber cuál será la posición del Gobierno español. En su momento, el ministro de Industria, Jordi Hereu, advirtió de que Talgo era considerada una empresa estratégica. Por tanto, la hoja de ruta del grupo húngaro pasa por acudir con el apoyo de los bancos y con la confirmación de la opa a jugar la 'parte política' del partido. Esta 'parte política' tiene unas fases formales de presentación de información que acabaría, en aproximadamente un mes, con la decisión, favorable o no, del Consejo de Ministros. El proceso es el siguiente: los inversores presentarán su documentación a la dirección general de Comercio Internacional e Inversiones, dependiente del Ministerio de Economía, que a su vez convocará a la Junta de Inversiones Extranjeras. Este órgano interministerial elaborará un informe que elevará, al tratarse de una operación superior a los 5 millones de euros, al Consejo de Ministros. 

Negociaciones con el Gobierno

El grupo Magyar necesita dejar claro al Gobierno de Pedro Sánchez tres cosas: que tiene músculo financiero para llevar adelante la operación, que garantiza la españolidad de la compañía (lo que se traduce en mantener en España la sede fiscal y la operativa) y que no contempla deslocalizar fábricas ni hacer despidos.

Pero además de esos tres factores, otra clave es convencer al Ejecutivo español de que su plan industrial es el adecuado. El Gobierno de Sánchez no ve políticamente con buenos ojos al Ejecutivo de Viktor Orbán (pese a que Hungría es desde 2004 miembro de pleno derecho de la Unión Europea), considerado conservador y nacionalista, aunque en algunos sectores lo califican directamente de ultraderechista. Además, Tambor tiene un pasado como asesor y persona cercana al propio Orbán.