Cambios en el control horario
Trabajo quiere que las empresas solo puedan registrar digitalmente la jornada de sus trabajadores
Las compañías no podrán controlar el horario a través de papel y bolígrafo para así minimizar los fraudes
Trabajo estudia revisar las multas a las empresas que incumplan el registro de jornada
Gabriel Ubieto
Redactor
Periodista de economía, centrado en el mercado laboral. He crecido como redactor en El Periódico, pero antes hice prácticas en La Vanguardia y escribí durante seis meses desde Chile para Hemisfèria.cat. Ganador del premio Ramon Barnils (2015) por el reportaje "Els ultres prenen partit".
El Ministerio de Trabajo quiere que las empresas tengan la obligación de registrar digitalmente y no de otro modo la jornada laboral de sus empleados. Desde 2019 es requisito indispensable que las compañías realicen un control horario y computen el número de horas que cada día hacen sus trabajadores. Si bien la norma no concreta mediante qué mecanismo pueden las corporaciones cumplir con su deber. Ahora Trabajo, en el marco de las negociaciones para reducir la jornada laboral máxima a 38,5 horas semanales en 2024, llama a prescindir de métodos analógicos -como una hoja de papel- y que todas las compañías se pasen a lo digital.
Hasta ahora la normativa y la jurisprudencia posterior de los tribunales han dejado claro que cualquier sistema de registro debe cumplir con dos requisitos básicos: Ha de ser “objetivo” y “fiable”. Sin embargo, desde el departamento dirigido por Yolanda Díaz entienden que hay formatos que dificilmente cumplen con esos requisitos, como son los medios en papel. "Fácilmente manipulables", así los ha definido el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, tras finalizar el encuentro con patronal y sindicatos.
Una opinión que secunda más de un inspector de Trabajo, en tanto que hay empresas que se aprovechan de los formatos rudimentarios para presionar a sus empleados o directamente falsear el registro sin su conocimiento. Y es que sale sustancialmente más barato tener un registro de jornada que registre mal la jornada, que tener que pagar horas extraordinarias que no se han remunerado. Carecer de registro de jornada está expuesto a multas por parte de Inspección de Trabajo de entre 751 y 7.500 euros, independientemente de lo que facture la compañía o cuantos empleados tenga en plantilla.
Ahora Trabajo pretende digitalizar los mecanismos de registro también para obligar a las compañías a remitir de manera automática a la Inspección de Trabajo los cuadrantes laburados. Así los inspectores pueden tener más garantías de que el empresario no dilata la entrega de pruebas para falsearlas. Y la tercera pata de la reforma del registro horario será la revisión al alza de las sanciones, en tanto que Trabajo considera que los importes actuales no son disuasorios.
Hasta ahora el grado de cumplimiento de la normativa de registro horario presenta un balance pobre. Desde que registrar la jornada de sus empleados es una obligación para las empresas –mayo del 2019- y hasta mayo del 2023, la Inspección de Trabajo ha efectuado un total de 7.900 actuaciones específicas para verificar el correcto cumplimiento de la norma. Entre estas ha detectando 4.232 infracciones, es decir, más de la mitad de las compañías no pasan una inspección. En multas ha recaudado un total de 6,1 millones de euros, lo que sitúa el tique medio de la sanción en 1.440 euros, según datos facilitados por el organismo autónomo a preguntas de EL PERIÓDICO.
- Encuesta prohibida de las elecciones en Catalunya: tercer sondeo
- El nuevo impuesto que llega a Catalunya: comprueba si tienes que pagarlo
- La crítica de Monegal: Lleva siempre, en efectivo, 20.000 euros en el bolso
- Un banco marroquí denuncia los bulos e "invenciones" que le relacionan con Begoña Gómez
- Barcelona precinta el bar de copas famoso por ser donde Piqué y Clara Chía se conocieron
- Así están las encuestas de las elecciones en Catalunya 2024
- El truco de echar vinagre en el cepillo de dientes: mejorará tu salud
- Territori ordena retirar 89 'bungalows' y derribar cuatro piscinas del cámping Ballena Alegre de Sant Pere Pescador