Perspectivas

La ONU anticipa un débil crecimiento mundial en 2024 lastrado por los tipos de interés

2024: el año de la desaceleración sin caer en una crisis

El impacto de los altos tipos de interés sobre la economía se agravará en 2024

ISRAEL-PALESTINIANS/UN

ISRAEL-PALESTINIANS/UN / REUTERS/Caitlin Ochs

Rosa María Sánchez

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El crecimiento de la economía mundial se debilitará en 2024, lastrado, entre otros factores, por los efectos retardados que la subida de los tipos de interés tendrá sobre el consumo, la inversión y el comercio global. En su informe sobre 'Situación y perspectivas de la economía mundial, 2024' publicado este jueves, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) prevé que el crecimiento de la economía mundial se desacelerará, desde el 2,7% estimado para 2023, a un 2,4% en 2024.

En sus nuevas previsiones, la ONU mejora en cuatro décimas (hasta el 2,7%) la estimación para 2023 que publicó a mediados del año pasado, pero recorta en una décima la de 2024 (hasta el 2,4%). Al mismo tiempo, anticipa un rebote moderado para 2025, con una tasa del 2,7%. En todo caso, la ONU subraya que el crecimiento se mantendrá durante un largo periodo por debajo de la tendencia prepandémica del 3%.

"Si bien la economía mundial evitó el peor escenario de una recesión en 2023, se vislumbra un periodo prolongado de bajo crecimiento", resuelve el organismo que dirige António Guterres. Y ello es porque bajo "el barniz de resiliencia" de 2023, se ocultan riesgos como la elevada presión inflacionista en muchos países, la nueva escalada de conflictos en Oriente Medio o "el efecto retardado de los fuertes aumentos de las tasas de interés" acometidos por los bancos centrales. El mantenimiento de elevados tipos de interés por un tiempo prolongado se presenta como un grave obstáculo para una economía mundial "agobiada por la deuda" que, además, necesita mayores inversiones para luchar contra el cambio climático y avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

En todo caso, se anticipa un desigual latido de las economías en cada una de las diferentes regiones del mundo. Para EEUU, la ONU prevé que el crecimiento se desacelerará desde el 2,5% de 2023 al 1,4% en 2024. Para la zona euro, sin embargo, se anticipa un perfil acelerado, desde un esquelético 0,5% en 2023 al 1,2% en 2024. Para el caso de España, la ONU estima que el crecimiento pasará del 2,4% de 2023 al 1,8% en 2024 (una décima por encima de la última previsión del FMI, del 1,7%, pero dos décimas por debajo de la del Gobierno, del 2%). "Las perspectivas económicas siguen siendo más favorables en las economías de la región orientadas a los servicios, como Grecia, Portugal y España, que en países con una base manufacturera más grande, como Austria, Finlandia y Alemania", subraya el documento.

Tendencias globales

En todo caso, el informe de la ONU advierte de que "las condiciones financieras estrictas, junto con un riesgo creciente de fragmentación geopolítica, plantean riesgos cada vez mayores para el comercio mundial y la producción industrial".

En general, la ONU detecta que el mercado laboral se ha recuperado rápidamente desde la pandemia, superando los niveles previos a la crisis financiera de 2008 y con tasas de paro en mínimos casi históricos en EEUU y en algunas economías europeas. No fue así, sin embargo, en muchos países en desarrollo, especialmente en Asia occidental y África.

Además, el organismo con sede en Nueva York también certifica que, si bien la inflación mundial está disminuyendo, la de los precios de los alimentos puede acabar exacerbando la inseguridad alimentaria y la pobreza global.

Al tiempo que se observa que el comercio internacional está perdiendo fuerza como motor de crecimiento, la ONU identifica un auge del comercio de servicios (en particular, el turismo y el transporte), así como "una tendencia de realineamiento en las relaciones comerciales internacionales" bajo el propósito de los países de asegurarse cadenas de suministro más cercanas.

El informe de la ONU también llama la atención sobre la insuficiente inversión contra el cambio climático. Se estima que hasta 2050 se necesitarán 150 billones de dólares de inversión para tecnologías e infraestructuras de transición energética y que se necesitarán 5,3 billones de dólares al año solo para transformar el sector energético mundial. "Sin embargo, la financiación climática sigue estando muy por debajo del nivel requerido de inversión verde para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales", advierte el documento