Arquitectura e ingeniería se conjugan en femenino

"No hay que tener miedo a la crianza de los hijos porque proporciona unos estilos, capacidad de organización, optimización de las horas de sueño... todo ello te convierte directamente en una directiva". Este consejo de Lara Pellegrini, ingeniera civil y directora de edificación de Socotec), desde donde ha participado profesionalmente en el desarrollo del 22@ y fue una de las especialistas que hizo los cálculos para construir la Torre Agbar, ilustra uno de los retos a los que se enfrentan las mujeres, especialmente, en la alta dirección: el freno en sus carreras o techo de cristal.

La evolución profesional, la conciliación, la gestión en negocios en los que aún predominan los hombres son cuestiones que debatió junto con Helena Salvadó, socia y directora del departamento de construcción del despacho de arquitectura Batlle i Roig, otra de las protagonistas del despliegue de este distrito de servicios en la capital catalana.

Como ejemplos de profesionales de la arquitectura y la ingeniería, sectores en los que las mujeres van ganando terreno pero en los que queda mucho camino que recorrer para alcanzar la igualdad, debatieron durante el 'Dinar Dones en Valor', un ciclo organizado por 22@ Network BCN, en esta ocasión bajo el título 'Los referentes en arquitectura del 22@'. Y es que "es importante la visibilidad, hacer red" para que las jóvenes tengan referentes y ejemplos en los que inspirarse, explicó al presentar el acto Susana Prado, presidenta de la comisión 'Dones en Valor' y directora de Inetum.

El ciclo 'Dones en valor', que ha cumplido su décimo aniversario y en el que participa EL PERIÓDICO, trata de "visibilizar el gran número de mujeres en cargos directivos, intermedios y técnicos especializados en empresas e instituciones del 22@". También se busca "dar una oportunidad a las protagonistas de explicar las dificultades encontradas durante su labor profesional y las características de su techo de cristal personal".

Adaptación

El sector escogido ha superado diversas crisis, desde la inmobiliaria que estalló en 2008 a la pandemia y otras y se ha ido adaptando, explicó Susana Prado. Las dos protagonistas del debate, que han superado todos los contratiempos del sector, son ejemplos de carreras profesionales brillantes en las infraestructuras, las obras y la construcción y especialmente en el desarrollo del 22@.

Las dos sintieron la llamada de la vocación muy temprana y han crecido profesionalmente combinando la dedicación y la pasión, que consideran características del liderazgo femenino. Salvadó, arquitecta desde 2005, cuando entró en el despacho del que actualmente es directiva de la mano Joan Roig, que fue profesor suyo; después de hacer prácticas en el despacho de Jean Nouvel, el arquitecto de la Torre Agbar; confiesa que de pequeña "imaginaba casas y edificios pese a no tener referentes próximos" (su madre es maestra y su padre trabaja en la industria química). En la actualidad dirige a unas 60 personas y atesora una destacada y exitosa trayectoria en el mundo de la arquitectura.

Y Pellegrini, nacida en Italia, empezó sus estudios en Padua y los acabó en Barcelona. Ingeniera civil y PDG por el IESE, desde temprana edad sintió atracción por los edificios altos, lo que la acabó llevando hasta el mundo de las estructuras y los cálculos complejos. Y eso sin tener tampoco referentes cercanos, aunque con un padre que hacía diseño de interiores. Hoy tiene 95 profesionales a su cargo y una dilatada y brillante carrera profesional a sus espaldas en diseño de estructuras y pasión por los puentes.

Salvadó afirma que en su despacho, desde el que ha gestionado obras como el edificio Interface o el de la antigua Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), en Barcelona, el 57% son mujeres y el 43%, hombres, con lo que se replican las proporciones en género de los estudiantes universitarios de esta disciplina en la actualidad. En el caso de Socotec, que representa un ramo en el que el peso masculino aún predomina, el 38% son mujeres, afirma Pellegrini.

La representante de de la ingeniería Socotec (firma francesa que el año pasado adquirió la catalana Bac) critica que cuando algunas mujeres acceden a cargos de responsabilidad se "masculinizan", con la obsesión de que "siempre hay que demostrar algo", una actitud conocida como el 'síndrome del impostor'. A su juicio, "hay que cambiar el chip. No hay que ser iguales que los hombres sino complementarnos". Y asegura que está demostrado que las empresas no solo con diversidad de género sino de procedencias geográficas o culturas variadas funcionan mejor.

Lo comparte Salvadó: "Tenemos que ser nosotras mismas", sentencia. Según la directiva de Batlle i Roig "es muy importante que en un equipo haya tanto miradas de hombres como de mujeres y diversidad".

Y es que el punto de vista de las directivas contribuye a cambiar y evolucionar en la propia actividad. Un ejemplo son las viviendas, que también proyecta Salvadó. Con anterioridad, las cocinas estaban siempre separadas en los inmuebles y ahora se tiende a un único espacio y se avanza hacia viviendas más flexibles en su distribución. Y lo mismo sucede en la proyección de infraestructuras. Además del protagonismo de la sostenibilidad, se tiene en cuenta evitar los espacios oscuros en las ciudades, explica Pellegrini.

En cuanto a la conciliación, la dos se ponen como ejemplo de que es posible compatibilizar el mejor momento profesional y tener hijos. De todas formas, a juicio de Pellegrini, las administraciones deberían ayudar más para reforzar la igualdad. Es importante, según Salvadó, demostrar con los ejemplos "que tener un hijo a cualquier edad no tiene por qué ser un obstáculo" para la carrera profesional.