Evolución de los indicadores

El precio del petróleo, a expensas de la evolución de la economía china

Materias primas como herramienta geoestratégica

Los descuentos de la gasolineras para esta Semana Santa

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Eduardo López Alonso

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De la evolución de la economía de China en los próximos meses dependerá el precio del petróleo en los mercados internacionales. Es una de las conclusiones de un análisis sectorial realizado por Coface ante la relevancia que esta materia prima puede tener en los precios de los productos de consumo. China supone alrededor del 40% del consumo mundial de petróleo. Al menos ha sido así en los últimos 20 años, por lo que "un repunte más rápido y/o más fuerte de la economía china ajustará aún más el equilibrio entre la oferta y la demanda, empujando los precios al alza", explica el informe. En cualquier caso las tensiones envuelven los mercados petroleros mundiales este año. A principios de abril, Arabia Saudí, Irak, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Kazajstán, Argelia y Omán anunciaron recortes conjuntos de la producción de petróleo de más de 1,1 millones de barriles diarios. El anuncio, sorpresivo y sin advertencias previas, supone profundizar en el control de la oferta como instrumento moderación de precios. Sucede a un primer recorte de la producción anunciado en octubre de 2022 por la OPEP+. Y se suma a la decisión de Rusia de recortar la producción en unos 500.000 barriles diarios en respuesta a la aplicación de la prohibición de la UE a las importaciones marítimas de petróleo y productos petrolíferos rusos.

Según cálculos de Coface, los recortes anunciados representan alrededor del 3,7% de la demanda mundial, porcentaje suficiente para dibujar un 2023 complejo para los mercados de materias primas. El mantenimiento de precios del petróleo tiende a frenar el crecimiento económico mundial y los países productores están conjurados para mantener los precios cueste lo que cueste por encima de los 80 dólares el barril de Brent.

La OPEP+ considera que las perspectivas de la demanda de petróleo son menos sólidas. La protección del medioambiente y la electrificación del parque de vehículos apunta a una progresiva pérdida de importancia de los combustibles fósiles en el futuro. Coface prevé una ralentización del crecimiento del PIB mundial de hasta el 2% en 2023, tras el 3,1% de 2022. Y en esta cábala, la evolución del precio del petróleo tienen un peso relevante, tras el máximo de 139 dólares alcanzado tras la invasión rusa de Ucrania.

A medida que el precio del petróleo tiende a moderarse, las condiciones crediticias de las firmas estadounidenses para impulsar la extracción de crudo mediante fráking son más duras y las cuencas de esquisto son menos rentables.

La prohibición de la UE a las importaciones de crudo ruso por vía marítima ha mantenido controlados los precios del petróleo pese al recorte de la demanda. Los precios se mantendrán según los analistas de Coface entre 90 y 110 dólares en la segunda mitad de 2023. Pero la evolución de China puede influir mucho y recortar la rebaja de la inflación iniciada este año.

En el sector petrolero se mira de reojo el efecto que puede tener el enfriamiento de las relaciones entre EEUU y Arabia Saudí. De la posición de los países de Oriente Próximo ante el conflicto de Ucrania depende en buena medida la evolución de las cotas de producción de crudo y sus precio.

El intento de China de convertirse en mediador del conflicto entre Rusia y Ucrania tiene de trasfondo también la evolución de los precios internacionales y en particular el del crudo y los cereales. Ha llegado un momento en el que el final de la guerra podría suponer un giro copernicano a la situación económica mundial, aunque incluso con ese marco las tensiones inflacionistas podrían ser difíciles de controlar.

Según el informe de Coface, las empresas occidentales de petróleo y gas han registrado unos beneficios  de 219.000 millones de dólares en 2022. Con una previsión de 90 dólares el barril. Esos beneficios caerían hasta unos 160.000 millones en 2023. Al ritmo de producción actual, las reservas de petróleo durarían en torno a unos diez años. La financiación para exploración de nuevas reservas, pero solo a precios altos sería posible.

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