Energía

El precio del gas cae y los metaneros hacen colas a la espera de que empiece el invierno en Europa

Los almacenes llenos impiden a los barcos cargados de gas natural licuado poder descargar en la Península

Los expertos avisan de que esta situación es coyuntural y la presión volverá sobre los precios cuando empiece el frío

Un buque metanero.

Un buque metanero.

Sara Ledo

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Sobra gas en Europa. Es la paradoja que vive de forma temporal el mercado energético europeo. El alto aprovisionamiento de los países de la Unión Europea se junta con una demanda baja por el freno de la industria ante los altos precios de los últimos meses y las bajas necesidades de calefacción en los hogares por unas temperaturas muy veraniegas para esta época del año. El resultado es unos precios del gas muy bajos, respecto a los últimos meses, y la imagen de decenas de embarcaciones de gas natural licuado (GNL) alrededor del continente dando vueltas a la espera de poder descargar.

“Las reservas de gas en los principales países europeos han alcanzado prácticamente el 100%”, indica el analista de mercados de gas y electricidad IGNIS Energía, Pedro Cantuel. En el caso concreto de España se sitúan alrededor en el 93%, según los datos de Agsi. Pero pese a que los almacenes están llenos “continúa la llegada de buques a las terminales europeas y españolas, lo que provoca un exceso de oferta en el mercado de corto plazo que se está traduciendo en caídas muy intensas en los precios diarios del gas natural, principalmente en España y Francia, por tener un sistema gasista más flexible en cuanto a garantía de suministro y diversificación de proveedores”, añade. Así, si el precio del gas en España (Mibgas) se sitúa en 30 euros por megavatio-hora como nivel más bajo esta semana, la referencia europea (TTF holandés) ascendía a 60 euros.

El operador del sistema gasista español (Enagás) limitó a principios de esta semana la llegada de barcos metaneros por los “muy altos niveles de ocupación en los tanques de todas las plantas de regasificación” y “está previsto se mantengan hasta la primera semana de noviembre”. Esto se tradujo, según las cifras de la agencia Reuters, en 35 embarcaciones navegando alrededor de las costas españolas sin poder alcanzar puerto. El coste diario del ‘alquiler’ de estos barcos es de 400.000 dólares, según Antonio Canseco, responsable del área de gas de Axpo Iberia.

Este exceso de oferta coincide con una demanda industrial reducida en los principales países europeos debido a los elevados precios del gas natural durante todo este año. Para hacerse una idea, de los 20 euros por megavatio-hora de media que marcaba esta materia prima se pasó con la guerra a alcanzar los 200 euros por la drástica reducción de las importaciones europeas de gas desde Rusia. Pero también por las altas temperaturas para esta época, no solo en España, donde es más habitual, sino también en el resto del continente, lo que evita la puesta en marcha de las calefacciones.

Según el profesor de la Universidad de Zaragoza, José María Yusta, también influye en los precios bajos que Rusia “ha agotado su estrategia de interrupción de gas en el mercado”. Desde junio de 2021, Moscú ha utilizado la presión sobre el grifo del gas para elevar los precios de esta materia prima, utilizando la energía “como arma”. “Pero después de los cortes del Nord Stream pocos anuncios quedan ya”, expone Yusta, quien también añade que el hecho de que la Comisión Europea haya anunciado una intervención en el índice de referencia (TTF holandés) ha provocado “que muchos especuladores estén saliendo del mercado”.

Un espejismo

Con todo, los expertos coinciden en que no será una situación prolongada y los precios altos volverán. “Esto solo puede llevar a la confusión de que la situación está mejor de lo que iba a estar, pero es un tema coyuntural”, expone Canseco. Los precios de los mercados de futuros (compra de gas que se realiza para entrega en unos meses) dan algunas pistas. Así, pese a que el precio diario está en 30-40 euros por megavatio-hora, las compras para diciembre se pagan ya por encima de los 100 euros por megavatio-hora. “Los precios actuales tan bajos es porque el gas no se puede almacenar y es mejor venderlo, pero de cara a diciembre no existe esa presión porque se supone que habrá una demanda saludable y como no hay tanta producción los precios son más altos”, añade.

La clave será “la estabilidad de suministro desde Noruega, las temperaturas, la velocidad a la que se vacíen las reservas y la capacidad para seguir atrayendo buques de GNL en Europa”, según Cantuel. Las cuatro variables deben estar en equilibrio, pero Canseco añade otra: cómo responde Asia a la situación actual de precios. “Si considera que los precios actuales son adecuados empezarán a demandar este gas y eso redirigirá los barcos hacia Asia, volverá a presionar la oferta y, por tanto, también el precio”, añade Canseco.

El principal temor del sector es que sea un invierno prolongado, que pueda dejar tiritando las reservas bien entrada la primavera –los almacenes de gas cubren un 25% de la demanda anual del continente, según José María Yusta-- y que provoque una menor preparación de cara al próximo invierno. “Es poco probable que haya problemas muy graves (de suministro) este invierno, el problema será al final cuando se inicie una nueva carrera que haga que los precios se mantengan en tensión durante el resto del año”, agrega Yusta.

Cabe recordar que Europa tiene a día de hoy los almacenamientos llenos porque desde marzo, cuando se inició la guerra, puso en marcha una estrategia para alcanzar un 80% de llenado en las infraestructuras del almacenamiento subterráneo para el 1 de octubre y del 90% para el 1 de noviembre. Además, este invierno, el continente todavía contaba con la ‘ayuda’ del suministro ruso a través de gasoducto, que no es esperable se reactive en los próximos meses.