Previsiones

El fantasma de la recesión amenaza a Europa

La guerra de Ucrania, los precios de la energía, la inflación y los tipos de interés determinarán la evolución de la economía en la UE

El BCE sube 0,50 puntos el precio del dinero, la primera alza en 11 años

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Desde que Rusia decidiera invadir Ucrania, las optimistas perspectivas económicas tras superar lo peor de la pandemia se han visto alteradas en todo el mundo. El conflicto está encareciendo los precios de la energía y de algunos alimentos básicos, de manera que la inflación está marcando registros sin precedentes, especialmente en la Unión Europea. Un escenario ante el que tanto la Reserva Federal de Estados Unidos como el Banco Central Europeo han decidido actuar: con un incremento del 0,75% en el caso de la Fed, el mayor en los últimos 28 años, y del 0,5%, la subida más fuerte en 11 años, a la que seguirán nuevos aumentos en lo que queda de año. 

El mismo BCE confía en que la inflación se rebaje en septiembre hasta el 2%, un objetivo altamente improbable teniendo en cuenta que en junio se mantenía en el 8,6% en la eurozona. Para completar el desolador panorama, la economía de Estados Unidos se ha contraído dos trimestres consecutivos y ha entrado en recesión técnica.  

Las malas noticias se acumulan y empujan a la UE hasta un escenario de incertidumbre en el que se teme una ralentización de la actividad económica que suma a los socios comunitarios en la tan temida recesión. 

Los estragos de la pandemia

El BCE parece ahuyentar los fantasmas al augurar un crecimiento de la economía del 2,8% al cierre de este año en su documento de junio sobre perspectivas macroeconómicas, pero las dudas se recrudecen al comprobar que las previsiones de apenas tres meses antes eran casi un punto porcentual más, hasta el 3,7%. 

Y en un ejercicio 2022 que debía servir para recomponer los estragos causados por la pandemia en la economía, la realidad habla de un crecimiento que no rebasa el 1% y que para el año que viene se ha reducido, del 2,8% previsto en marzo al 2,1% recogido en el informe de junio.

Las cifras pueden empeorar en función de las nuevas subidas de tipos que prevé realizar el BCE en lo que queda de año, una iniciativa que se entiende por la necesidad de contener la inflación desbocada, pero que puede empeorar los registros del PIB en Europa, la zona, por otra parte, más afectada por los efectos de la guerra en Ucrania, para la que nadie se atreve a poner fecha de caducidad. Tampoco se pueden descartar nuevas olas de la pandemia que afecten a la actividad económica de los países, recrudeciendo así el temor de una nueva recesión económica.