Contra la dependencia

Bruselas propone un plan para producir en la UE el 20% de los chips del mundo en 2030

El objetivo es multiplicar la fabricación de semiconductores, claves para numerosas industrias estratégicas y esencial como el sector del automóvil o la electrónica

Semiconductores para chips de Bosch.

Semiconductores para chips de Bosch.

Silvia Martinez

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La irrupción de la pandemia de coronavirus hace dos años ha puesto en jaque a muchos sectores industriales europeos que se han visto obligados a paralizar su producción debido a la falta de un componente tan clave en la fabricación de los dispositivos digitales como son los semiconductores, utilizados en todo tipo de aparatos electrónicos, desde teléfonos inteligentes hasta coches. Para evitar que esta dependencia vuelva a pasar factura en el futuro y paralice sectores tan estratégicos en el Viejo continente como la industria automovilística, la Comisión Europea ha aprobado este martes una propuesta legislativa que incluye una ley europea de chips con medidas para garantizar la seguridad del suministro, la resiliencia y el liderazgo tecnológico con un objetivo central: multiplicar la producción europea y que el 20% de los chips de todo el mundo se fabriquen en la UE en 2030.

Actualmente, menos del 10% de los semiconductores que se producen a nivel mundial se fabrican en la Unión Europea cuando hace menos de cuatro décadas este porcentaje alcanzaba el 40%. En estos últimos cuarenta años, Europa ha perdido terreno respecto a Estados Unidos, donde se diseñan este tipo de componentes, y sobre todo respecto a Asia que produce el 80% con Taiwan como principal abastecedor. Una situación que genera una dependencia absoluta, como ha puesto de manifiesto la pandemia que ha obligado al cierre de fábricas en muchos sectores y a paralizar cadenas de fabricación por la penuria de este componente. Por ejemplo, en algunos Estados miembros la producción en el sector del automóvil se redujo en un tercio en 2021 debido a la carencia de chips lo que hizo que no se pudieran fabricar 11,3 millones de vehículos. 

Para evitar la repetición de este escenario, hacer frente a este problema sistémico y ganar en autonomía ante una digitalización de la economía que no tiene vuelta atrás Bruselas ha diseñado un plan que aspira a movilizar 43.000 millones de euros en financiación pública y privada en los próximos años. A los 30.000 millones en inversiones ya previstos en el presupuesto europeo, que se utilizarán para aumentar la producción, incluida la construcción de megafábricas capaces de hacer sombra y reducir la dependencia de países como Taiwan, se sumarán 15.000 millones en inversiones públicas y privadas adicionales, de los cuáles unos 11.000 millones serán para impulsar la investigación en microprocesadores. A esto se sumarán un fondo de 2.000 millones para financiar empresas emergentes.

La idea, sostiene la Comisión Europea, es utilizar esta financiación para poner en marcha medidas con las que prevenir, preparar, anticipar y responder rápidamente a cualquier futura interrupción de las cadenas de suministro porque "si no se realizan inversiones rápidas y suficientes, la cuota de mercado de Europa en este sector se reducirá a menos del 5%, teniendo en cuenta la duplicación del mercado y la magnitud de los esfuerzos que se están realizando en otras partes del mundo", avisa la Comisión Europea que alerta también que, de no actuar ahora, habrá retrasos en la adopción de los chips de nueva generación por parte de la industria europea, poniendo en riesgo su competitividad y autonomía tecnológica en general.

Líder tecnológico

“La ley europea de chips cambiará las reglas del juego y llega en un momento adecuado. A corto plazo, aumentará nuestra capacidad de resistencia ante futuras crisis, al permitirnos anticipar y evitar las interrupciones de la cadena de suministro. Y a medio plazo, contribuirá a convertir a Europa en un líder industrial en esta rama estratégica”, ha explicado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sobre una de las propuestas prometidas en el último debate sobre el estado de la unión. A largo plazo, mientras tanto, la idea es impulsar el liderazgo tecnológico y colocar a Europa como líder tecnológico en mercados innovadores.

"Europa es el continente en el que han empezado todas las revoluciones y puede ser el origen de la próxima revolución también”, augura la alemana sobre una de las leyes industriales, según el comisario de mercado interior, Thierry Breton, "más importantes de los últimos años". La propuesta anima a los Estados miembros a empezar a redoblar la coordinación para anticipar posibles perturbaciones y cuellos de botella en el mercado y adoptar medidas correctoras mientras se tramita la aprobación del reglamento que será de aplicación automática en cuanto el Parlamento Europeo y Consejo den luz verde a la propuesta.

Europa no es el único actor internacional que quiere liderar este mercado, cuyo valor estimado ronda los 550.000 millones, y anticiparse a nuevas disrupciones en la cadena de abastecimiento mundial. Estados Unidos también planea invertir 52.000 millones en la fabricación e I+D hasta 2026 mientras que China está acelerando también sus esfuerzos para reducir la brecha tecnológica y para 2025 se estima que habrá invertido hasta 150.000 millones en la última década en su iniciativa "made in China 2025". A estos dos países se suma también Japón que ha anunciado recientemente una inversión pública de 8.000 millones para financiar su industria de semiconductores mientras que Corea del sur apoyará este estratégico sector a través de incentivos fiscales para movilizar 450.000 millones de dólares hasta 2030.