Reforma laboral

Trabajo estudia que las ETT tengan que contratar como indefinidos a sus empleados, antes de cederlos

Las empresas podrán recurrir a la figura de los nuevos ertes poscovid para formar a parte de su plantilla, según la nueva propuesta de Yolanda Díaz

Yolanda Díaz

Yolanda Díaz / David Castro

Gabriel Ubieto

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El Ministerio de Trabajo estudia que las empresas de trabajo temporal (ETT) tengan que hacer un contrato indefinido a sus empleados, antes de ponerlos a disposición de otra empresa. Esta es una de las novedades del documento que los negociadores de Yolanda Díaz le han remitido este miércoles a patronal y sindicatos; según explican fuentes conocedoras del diálogo social. Otra de las novedades planteadas -en un documento que desde Trabajo no definen como de parte, sino como fruto de reflexiones compartidas- para reducir la elevada temporalidad vigente en el mercado laboral español es obligar a las empresas a no tener más del 15% de trabajadores con un contrato temporal.

Las negociaciones para perfilar la reforma laboral del Gobierno de coalición avanzan y empiezan a entrar en su fase final. El paquete de medidas tiene que estar aprobado antes de finalizar el año y apenas queda mes y medio para ello. Para seguir ultimando las negociaciones, Trabajo ha puesto este miércoles encima de la mesa una nueva propuesta, que recoge parte de las aportaciones de la bancada sindical y que pretende incidir en los altos niveles de temporalidad existentes en el mercado laboral español. Actualmente casi uno de cada cuatro empleados opera con un contrato eventual, lo que representa una anomalía en comparación con los estándares europeos. Y una de las vías es reformar las ETTs para avanzar hacia una temporalidad más ordenada, que desincentive una elevada rotación.

Las conversaciones pivotan ahora sobre la reforma de las condiciones de contratación de las empresas de trabajo temporal. Actualmente estas empresas tienen que contratar a los trabajadores que luego ponen a disposición de terceros mediante un contrato conocido como 'de puesta a disposición'. Este comparte similitudes con el contrato de obra y servicio y la duración del mismo está vinculada al tiempo que dure la necesidad de la empresa subcontratante. La modificación que estudia Díaz es que las ETTs tengan que hacer un contrato indefinido a sus empleados y luego ponerlos a disposición de un tercero, lo que, a priori, refuerza sus garantías e incentiva que el trabajador siga en nómina de la ETT hasta que otra empresa demande temporalmente sus servicios.

Otra propuesta encima de la mesa es que las empresas no tengan más del 15% de trabajadores de su plantilla con un contrato temporal. Esta medida surgió como una reflexión compartida entre el Gobierno y los agentes sociales en la reunión del miércoles pasado y en la de esta semana Trabajo la ha plasmado en esa cifra concreta del 15%. Es una propuesta muy embrionaria, según reconocen diferentes fuentes conocedoras de las negociaciones, pues la patronal considera que las necesidades de cada sector son muy diferentes y los sindicatos no ven igual que una gran empresa pueda tener el mismo porcentaje de temporales que una pyme.

Sobre el nuevo documento, desde la patronal se muestran prudentes en sus valoraciones. “Seguimos trabajando en la mesa del diálogo social los diferentes planteamientos que se han trasladado y que todavía son propuestas que debemos estudiar”, afirman fuentes consultadas de la CEOE. Los cambios en materia de temporalidad son uno de los puntos calientes de la reforma de Díaz, que también pretende simplificar a tres los tipos de contrato: indefinido, temporal y de formación; eliminado figuras existentes como la de obra y servicio.

Formación para los nuevos ertes

El texto introduce novedades sobre el ‘Mecanismo de Sostenibilidad del Empleo’ (MSE), es decir, los nuevos ertes poscovid, que se financiarán con un fondo especial que todavía está por definir, pero que se nutrirá de los excedentes de las cotizaciones para financiar el paro. Una de las novedades es en relación a las causas objetivas que justificarán que las empresas recurran a uno de esos nuevos ertes. Las compañías podrán aducir la necesidad de recualificar parte de su plantilla para la transición hacia nuevos perfiles profesionales. Y el documento también aclara que los ertes ETOP (por causas objetivas o productivas) podrán beneficiarse del nuevo mecanismo de ayudas y no deberán seguir en el actual sistema –que apenas contempla exoneraciones-.

Otra aportación que introduce el documento es la prohibición para las empresas que recurran a este mecanismo de realizar nuevas contrataciones, horas extra o externalizar parte de su actividad principal o que despidan durante un erte. Un requisito que ya está actualmente en vigor en la modalidad de ertes covid, temporalmente habilitada por el Gobierno y que, de momento, se extiende hasta el 28 de febrero. No figura de manera explícita uno de las piezas que inicialmente más rechazo generó entre los empresariales: la obligación de las empresas a recurrir a un erte como alternativa al despido. En el último documento no pueden despedir, pero sí ya se han decantado previamente por el erte. La entrada en vigor del nuevo sistema de ertes –el MSE- todavía no está definida y resta la incógnita de si la actual será la última prórroga. 

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