Reforma laboral pendiente

Salario mínimo: Díaz se enfrenta al primer gran 'no' de la patronal

La CEOE se desmarca de la propuesta de Trabajo y endurece su posición de cara a un otoño caliente, en el que se decidirá la reforma laboral

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el presidente de CEOE, Antonio Garamendi.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el presidente de CEOE, Antonio Garamendi. / Europa Press

Gabriel Ubieto

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La subida del salario mínimo se le está poniendo cuesta arriba a la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Al rechazo dentro del propio Gobierno de asumirla en enero se suma el 'no' de la patronal, que lo defendía tanto a principios de año como ahora en septiembre. La reunión de este lunes entre Trabajo y los agentes sociales ha concluido sin acuerdo y, salvo giro inesperado en el que la CEOE cambie su postura, el Consejo de Ministros aprobará una revisión del SMI que no contará con el beneplácito unánime del diálogo social. 

De no fructificar esos "contactos informales" en los que entra ahora la negociación, ello significaría el primer gran pinchazo de Díaz en un terreno en el que hasta ahora prácticamente solo ha cosechado éxitos, con seis prórrogas de los ertes covid en su currículo, además de la ley de teletrabajo, la 'ley Rider' y una primera subida del SMI a 950 euros pactada a los pocos días de asumir la cartera de Trabajo. Y no por esperado, pues todo el mundo en la mesa del diálogo daba por hecho que en algún momento el acuerdo a tres bandas sería imposible, será menos doloroso para una ministra que hasta ahora ha compensado su minoría en el Consejo de Ministros acudiendo a él con el apoyo de patronal y sindicatos. La patronal solo se ha desmarcado en lo que va de legislatura en un tema mediáticamente discreto como fueron los reglamentos de las leyes de igualdad, sobre los que, no obstante, sí negoció y para los que se acabó pactando un desencuentro.

Díaz ha compensado hasta ahora su minoría en el Consejo de Ministros acudiendo a él con el apoyo de patronal y sindicatos

El primer gran ‘no’ de los empresarios en el diálogo social está cerca y llegará en la primera etapa de un auténtico 'tourmalet' de negociaciones, que pondrán a prueba el idilio que desde que comenzó la pandemia mantiene el Ejecutivo con patronal y sindicatos. Es la antesala de un otoño caliente, donde la siguiente parada será una nueva prórroga de los ertes. 

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, ya ha avanzado que las ayudas estarán allí para el que las necesite, aunque también ha apuntado que la nueva prórroga pretenden plantearla con distintas condiciones, según ha declarado este mismo lunes en una entrevista en TVE. Y que estas no frenen la creación de empleo. Lo que puede traducirse en menores recursos disponibles, tras un año y medio de un gasto público sin precedentes para sostener el esquema de ertes. En la última prórroga ya se caldearon las mesas a última hora y Pedro Sánchez tuvo que habilitar un Consejo de Ministros extraordinario en el que aprobar una renovación cuyo consenso llegó en el tiempo de descuento. 

Reforma laboral pendiente

Tras SMI y ertes le llega el turno a la reforma laboral, donde las posiciones entre patronal, sindicatos y el Gobierno difícilmente podrían estar más alejadas. De hecho, la CEOE ya manifestó públicamente antes del verano que en las condiciones de los últimos borradores no había más negociación posible con ellos; abonando el terreno para el desacuerdo final de un texto que sí o sí acabará llegando al Boletín Oficial del Estado (BOE). Pues así se lo ha prometido el Gobierno de España a la Unión Europea y de ello depende un desembolso considerable de los fondos europeos. Concretamente en el 2022 Bruselas tiene que inyectar 18.000 millones que dependen del cumplimiento de 42 hitos y objetivos, entre ellos la reforma laboral o la de pensiones. 

Es ahora cuando la cintura y la habilidad negociadora de Yolanda Díaz y su equipo será puesta aprueba por una negociación en la que los empresarios tienen muchas posiciones que perder y muy pocas que ganar. Y en la que los sindicatos quieren recuperar terreno tras una década bajo la herencia de Mariano Rajoy. Mientras el Ejecutivo aspira a pactar con todos ellos unos cambios con los que mejorar el funcionamiento del mercado laboral y que, al hacerlos suyos el diálogo social, no sean el principal objetivo a abatir en caso de cambio de color político en el Gobierno, como lo ha sido la, denostada por muchos, "reforma laboral" del PP.  

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