Balance anual

El Corte Inglés anotó unas pérdidas operativas de 445 millones en el ejercicio del covid

Las pérdidas netas se elevaron a 2.945 millones en su último año fiscal, marcado por la pandemia, el cierre de tiendas y la falta de turistas

CORTE INGLES

CORTE INGLES / jm/lf

Eduardo López Alonso

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El Corte Inglés registró unas pérdidas netas operativas antes de provisiones de 445 millones de euros durante su ejercicio fiscal 2020-2021 (entre marzo de 2020 y febrero de este año), marcado por la crisis sanitaria del covid-19,  con un resultado neto negativo de 2.945 millones de euros. Son las primeras pérdidas operativas (de la propia actividad del negocio) que registra el grupo de distribución en su historia. El resultado bruto de explotación (ebitda) fue positivo, de 142 millones de euros, tras ajustes contables de valoración de activos, según ha informado el grupo. De acuerdo con "medidas de prudencia contables", según la compañía, este año la dirección decidió asignar a provisiones por valor de 2.500 millones de euros, que se destinaron a cubrir deterioros de inmovilizado, existencias y créditos fiscales. En la práctica, esos ajustes se centraron en la revaloración en el balance de activos y de mercancía no vendida. El grupo se anotó dichas pérdidas en un escenario marcado por el cese de gran parte de su actividad durante el confinamiento y los posteriores cierres sucedidos en las comunidades autónomas, así como por la ausencia total de turismo, tanto nacional como internacional.

Pese al balance negativo del ejercicio, fuentes del grupo reconocen que los primeros meses de este año son positivos, por la apertura de centros y la recuperación paulatina de la movilidad. En el primer trimestre del actual ejercicio fiscal 2021-2022 (desde marzo a mayo) se ha logrado ya un resultado positivo, similar al obtenido en el 2019.

La cifra de negocios consolidada llegó a los 10.432 millones de euros, un 31% menos. Las ventas 'on line' aumentaron el 132%, hasta suponer el 17,3% del negocio de distribución minorista. Fuentes de El Corte Inglés reconocieron que ante un año de desplome de ingresos, la organización se centró en fomentar la "flexibilidad y capacidad de reacción" para renovar sus tiendas, impulsar la digitalización y la omnicanalidad, y desarrollar nuevos negocios. El gran varapalo en las cuentas del grupo se produjo por las tiendas cerradas y por la falta de turismo. La filial Viajes El Corte Inglés facturó un 89% menos. Por otra parte, el grupo ha reforzado su posición de liquidez que, a cierre del ejercicio, se sitúa en 3.549 millones de euros permitiendo afrontar todos los compromisos de la empresa. Por su parte, la deuda ha aumentado en 560 millones de euros, hasta alcanzar los 3.811 millones. 

Por áreas, el negocio retail descendió un 19% respecto al año anterior, en línea con los menores ingresos derivados el turismo de compras, pero la dirección del grupo asegura que consiguió "paliar los efectos de la pandemia" mediante una apuesta por el modelo omnicanal y la digitalización, que permite combinar el entorno 'on line' con la tienda física. El impulso de los servicios de Entrega en el Día, Recogida en Tienda o Clickc&Car, así como la utilización de las propias tiendas como plataformas logísticas para la preparación y envío de pedidos, "han resultado decisivos en la evolución del negocio", según El Corte Inglés. 

La falta de movilidad y la ausencia de turistas ha tenido un fuerte impacto en Viajes El Corte Inglés, cuyas ventas han caído un 89%. En otras áreas de actividad, hay que destacar la fortaleza del modelo de negocio y la gestión de El Corte Inglés Seguros, lo que ha permitido mantener su volumen de ventas en un año tan complicado como 2020. En el último año, El Corte Inglés ha acelerado la transformación de su modelo de negocio hacia un sistema más alineado con la digitalización y la omnicanalidad, la diversificación y la sostenibilidad. Es decir, un avance rápido en la transformación de El Corte Inglés desde un retailer a un ecosistema único.

El Corte Inglés también presentó el ajuste de plantilla más importante de su historia durante el ejercicio, que afecta a 3.292 trabajadores (cerca del 4 %) de manera voluntaria y cuyo proceso aún no ha concluido. La empresa acordó tras varias semanas de conversaciones con los sindicatos (Fasga, Fetico, UGT y CCOO) el expediente de regulación de empleo planteado a finales de febrero. El ere se cerró con una oferta de hasta 33 días por año trabajado y un máximo de 24 mensualidades para los empleados que se sumaran al proceso de manera voluntaria, así como una prima ligada a su antigüedad. La compañía argumentó entonces que era el momento oportuno para acelerar un nuevo plan estratégico, tras los estragos causados por el covid-19 sobre sus ingresos.