datos EPA 2020

La pandemia barre más de 600.000 empleos y eleva el paro hasta el 16,1%

El virus devora en nueve meses la recuperación de la ocupación acumulada en los dos últimos años

Los datos del cuarto trimestre de la EPA relevan, no obstante, una reactivación de los ertes y una menor incidencia del teletrabajo

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Gabriel Ubieto

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La pandemia barrió más de 600.000 empleos durante el primer año covid y cerró el 2020 con una tasa de paro del 16,1%. El virus ha consumido en nueve meses la recuperación de la ocupación que el mercado laboral español acumulaba de los dos últimos años. Los datos del cuarto trimestre de la EPA publicados este jueves por el INE relevan, no obstante, que el final del 2020 marcó una tendencia al alza, con una reactivación de los ertes, el freno de la escalada de desempleo que comenzó en primavera y un cierto optimismo entre la población sin empleo de encontrar uno en este 2021. También ha reabierto algunas de las heridas a medio cerrar de la anterior crisis, como el número de hogares con todos sus miembros en paro.

La última EPA del 2020 ha certificado el diagnóstico que los informes que mes a mes dejan las cifras de afiliación y paro registrado iban apuntalando. El 2020 ha sido un año nefasto para el empleo, en el que España ha perdido 622.000 empleos, hasta los actuales 19,3 millones de ocupados, y ha ganado 527.900 parados más, hasta los 3,7 millones de parados.

La inversión de la Administración para paliar los efectos de la pandemia ha impedido que el balance de este 2020 arrojara peores cifras. El balance de este 2020 es inexplicable sin la extraordinaria inyección de dinero público que están suponiendo los ertes. Uno de los motivos por los que el número de horas trabajadas ha caído el doble que el número de ocupados perdidos. Para sostenerlos, el Ejecutivo ha invertido 35.000 millones, entre ayudas a empresas y prestaciones para trabajadores, durante el 2020. Y hasta marzo añadirá otros 5.500 millones, de momento.

La contratación de personal para el sector público, principalmente sanitarios y profesionales de la enseñanza, también ha maquillado las cifras. Pues mientras el número de ocupados ha caído en 748.000 personas en el sector privado, también ha habido un incremento público de plantillas de 125.000 personas. El sector servicios se confirma como el principal damnificado de la crisis del covid. De los 662.000 empleos perdidos en todo el 2020, más de medio millón provienen del tercer sector, con la hostelería o el pequeño comercio con sonoras pérdidas de empleo.

Los últimos datos de este cuarto trimestre arrojan destellos de mejoría de cara al 2021. El número de parados bajó en términos intertrimestrales por primera vez desde que comenzó la pandemia. Lo hizo muy tímidamente, con una reducción de 3.100 desempleados en el tránsito del tercer al cuarto trimestre. El dato es más positivo por la inercia que rompe que no por la magnitud, pues del segundo al tercer trimestre el desempleo creció en 354.900 personas. La población activa también sube en los últimos tres meses del año, lo que responde a unas mayores expectativas de encontrar empleo durante el 2021.

El virus se ceba con los más vulnerables

El primer año del covid no ha golpeado por igual en todos los estratos del mercado laboral. El mazazo inicial lo encajaron los trabajadores con un contrato temporal, excluidos en la gran mayoría de los casos del blindaje de los ertes. La dualidad que arrastra el mercado laboral español ha quedado retratada ante el virus, hasta el punto de que seis de cada 10 empleos perdidos vienen de un contrato eventual. Los empleados a jornada parcial también han sufrido más que aquellos que están a tiempo completo.

La pandemia también ha reabierto heridas pendientes de cicatrizar todavía de la anterior crisis, pero que en los últimos años habían mostrado síntomas de mejoría. Una de estas es el repunte del número de hogares con todos sus miembros en paro. En el último año, el número de casas donde no entra ninguna nómina ha crecido en 183.900, hasta casi los 1,2 millones de hogares con todos sus miembros parados.

Otra secuela de la anterior crisis que se ha agravado es el aumento del desempleo entre los parados de mayor edad. Los desempleados senior, un fenómeno poco habitual antes de la crisis del ladrillo y que esta disparó, han seguido creciendo ante la pandemia. En el último año el número de parados con más de 50 años ha crecido en 67.600 personas y alcanza los 936.200 desempleados. Es decir, uno de cada cuatro parados en España tiene más de 50 años.

Los ertes siguen reactivándose

La EPA de este cuarto trimestre apuntala la tesis de que la actividad económica se está reactivando, al menos parcialmente. De la misma manera que la Airef pronosticó que el PIB había crecido el 1,3% en la recta final del año, el número de trabajadores que no trabajaron en toda la semana antes de ser encuestados ha seguido disminuyendo. De los 4,7 millones del segundo trimestre, a los 3,5 millones del segundo, hasta los 1,8 millones que han acabado el cuarto trimestre en dicha situación. Lo que obedece, en parte, a la reactivación de los ertes, ya sea total o parcialmente.

No obstante, la actividad económica todavía está claramente por debajo de la situación precovid, pues el 2020 finalizó con el 6,3% menos de horas trabajadas que en el mismo periodo del año anterior. Una cifra que, a su vez, revela la eficacia de los ertes. Pues el número de horas trabajadas ha caído el doble que el número de ocupados perdidos (-3,2%).

Mucho más margen para teletrabajar

El número de trabajadores que ejercen desde casa apenas ha cambiado de la segunda a la primera ola. No obstante, está muy lejos de los porcentajes alcanzados durante la primera. Cerca de dos millones de ocupados acabaron el 2020 trabajando más de la mitad de la semana desde sus domicilios, lo que equivaldría al 9,95% de la población trabajadora. Una cifra que apenas registra variaciones respecto al segundo trimestre, pero que está lejos de las cifras del primer estado de alarma, cuando teletrabajaban 3 millones de personas.

Es decir, la mayoría de las compañías que en su momento podían y querían implementar el trabajo a distancia para contribuir a reducir la movilidad, lo han continuado haciendo. Pero, pese a los llamamientos explícitos de algunos gobiernos autonómicos, como el de la Generalitat, para priorizar el teletrabajo, todavía hay margen para aumentar los actuales niveles de teletrabajo.

El 2020 golpea duro en Catalunya

La crisis del covid está impactando más duro sobre el mercado laboral catalán que sobre el conjunto de todo el Estado. En Catalunya el empleo ha caído más y el paro ha subido más, en términos relativos. El mayor peso del turismo y una economía más internacionalizada son dos factores que pueden explicar esa mayor incidencia. La mayor restricción de las medidas anti covid adoptadas por la Generalitat, en comparación con otras autonomías, también podrían ayudar a explicar el peor balance que deja el 2020 en tierras catalanas.

Las cuatro provincias catalanas finalizaron el 2020 con 137.500 ocupados menos, hasta los 3,3 millones de trabajadores en activo, y 132.000 parados más, hasta un total de 537.900 desempleados. La tasa de paro finalizó el ejercicio en el 13,9%, algo más de dos puntos por debajo de la media española (16,1%).