Kintsugi: la necesidad de innovar y la filosofía japonesa

“Reinventarse o morir”. Hoy más que nunca esta frase cobra especial relevancia. Ya no se trata de una opción, se trata de superar esta crisis de la única forma en la que nosotros, los humanos, nos distinguimos de las máquinas.

Inventando nuevas formas de trabajo, diseñando nuevos procesos y creando nuevos servicios y productos.

Estos verbos son todavía de nuestro uso exclusivo: inventar, crear y diseñar. Por eso, son tan preciados e importantes en el proceso de Innovación.

La Innovación es, en sí misma, un proceso de ideación, donde es requerida la observación del entorno y del mercado para identificar necesidades no resueltas, para después diseñar soluciones que ese entorno sea capaz de adoptar.

Esta pandemia global es “la razón” que ahora ya sí justifica invertir en un futuro sostenible

La buena noticia es que la economía digital en España ha dado un gran empujón a los rankings de innovación consiguiendo acelerar los procesos de transformación previstos inicialmente para la agenda del 2025.

Un claro indicador de esto son las compras por internet que ganaron peso de forma abrupta sobre el total del consumo, al decrecer a un menor ritmo con respecto al año anterior que las compras en tienda física (22,2% vs. 56,9%)

Este rápido efecto supuso que, para finales de marzo, apenas 15 días después de la declaración del estado de alarma, las compras por internet ganaran peso sobre el total del consumo, hasta situarse en el 22,3% del total de las transacciones.

Esto significa que, si solo el 10% de las transacciones no volvieran a ser físicas, se habría progresado tanto en esos 15 días como la media anual de los últimos cinco años.

Estamos transformando nuestra economía para sobrevivir, pero ¿y si aprovechamos la necesidad que nos apremia ahora para repensar profundamente las bases de nuestros modelos de negocio? 

¿Y si aplicamos en este proceso la filosofía japonesa del kintsugi? Ellos reparan la cerámica rota con oro líquido convirtiendo cada pieza en única y, si cabe, mucho más bella que antes de su reparación porque valoran que cada rotura forma parte de la vida del objeto y en vez de esconder sus imperfecciones las ensalzan.

Podríamos potenciar los modelos colaborativos y de crowdfunding, apostar de manera decidida por la sostenibilidad en toda la cadena productiva y aproximar localmente la producción en todas las industrias,

Ya existen muchas iniciativas, algunas de ellas minoritarias, pero que ahora creo que deberían tomar mucha más trascendencia.

Podríamos trabajar en potenciar seriamente los modelos colaborativos y de crowdfunding, apostar de manera decidida, y no solo a modo de pose reputacional, por la sostenibilidad en toda la cadena productiva, aproximar localmente la producción en todas las industrias, valorar, y no solo con palmaditas ,el talento y la dedicación de nuestros profesionales en sectores como el sanitario, los asistenciales, los profesores, los agricultores, los mensajeros y los operarios en sectores industriales y de alimentación, erradicando el trabajo precario. Digitalizando los trámites con la administración, pero simplificándolos antes.

Potenciando el long live learning desde las instituciones educativas y públicas para transformar las capacidades y conocimientos de todos nosotros y prepararnos así para asumir los retos que demanda el ecosistema digital.

Es cierto que esta crisis trae consigo mucha destrucción de empleo, pero si gestionamos bien los recursos que hemos conseguido de la Comunidad Europea podemos salir muy reforzados. ¿Hacemos un kintsugi?