ALQUILER DE ROPA

Así se pueden vaciar los almacenes de las tiendas de ropa que llenó la pandemia

El cierre forzoso de tiendas o la ausencia de turismo son algunos de los motivos que han provocado una importante caída de ventas en la industria textil y han saturado los almacenes. El ‘fashion sharing’ o alquiler de prendas busca dar salida a estos stocks. 

El 'fashion sharing" o alquiler de prendas es una alternativa que pretende dar respuesta a esta problemática

Fashion sharing

Fashion sharing / economia

Agustina Barbaresi

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Con el fin del confinamiento y la entrada en esta extraña ‘nueva normalidad’ que vivimos, muchas marcas se enfrentaron a la difícil reapertura de sus tiendas, nuevos protocolos de seguridad y falta de clientela; ya sea por la ausencia de turismo internacional, las dificultades económicas de muchos ciudadanos o por aquellos que en esta pandemia han decidido reducir su consumo e ir hacia un modelo más sostenible.

La caída de ventas ha provocado que muchas tiendas se vean con los almacenes llenos de un stock con difícil salida. Y, paradójicamente, la respuesta a este problema no solo pasa por aplicar técnicas para incrementar las ventas, sino que también puede estar en el consumo responsable. Concretamente, en el fashion sharing, una especie de “alquiler con derecho a compra” de prendas.

Con la irrupción del coronavirus “se refuerza una tendencia que venía en auge, y es que no podemos seguir consumiendo como lo hacíamos. Por un lado, hemos notado un parón del crecimiento que estábamos teniendo, por temas de teletrabajo y ERTEs, pero también hemos visto que ha cambiado la conciencia global y nos hemos hecho conscientes de que la pérdida de biodiversidad y el cambio climático nos pueden afectar de manera muy dura”, explica Raúl González, CEO de Ecodicta y fundador de la startup, junto a su esposa Mercedes García Rivas, COO de la compañía. 

Ecodicta es “un club en el cual a través de una suscripción mensual, como Netflix, se accede a un alquiler de entre 3 y 5 prendas, que se disfrutan un 1 mes, y se devuelven para recibir nuevos looks”, explica Raúl González, CEO de Ecodicta y fundador de la startup, junto a su esposa Mercedes García Rivas, COO de la compañía. Antes de rotar, obviamente, pasan por un protocolo de desinfección acorde a estos tiempos de pandemia.

Este formato permite “vestir hasta 60 prendas al año sin acumular, y probar nuevas prendas, estilos y marcas sin comprometerse a comprar”, explica González. Pero también es posible comprar, si finalmente el producto convence: puede hacerse a partir de los 20 días del inicio del alquiler de la prenda, “si les ha enamorado y creen que la pueden usar más de 10 veces”. Esto supone el 15% de las ventas brutas de Ecodicta.

Vaciar el “armario” de las tiendas que llenó el coronavirus

El confinamiento impuesto a mediados de marzo de este año coincidió con el inicio de la campaña de primavera, lo que ha provocado que muchas tiendas acumulen mucho stock no vendido.

Ecodicta, al tener variedad de perfiles y mezclar temporada actual con anteriores permite “que ese stock no vendido genere branding, ya sea porque lo adquirimos nosotros, o nos lo ceden y las clientas lo compran si les gusta. Además, conseguimos que puedan ahorrar en almacenamiento y liberar espacio para nuevas colecciones”, afirma Raúl González. 

Además, “ahora lo mismo no te compras un vestido para el mes de verano que queda, pero nosotros lo alquilamos este mes de septiembre, por ejemplo en Huelva, y en marzo de 2021 en Valencia, ya que mezclamos temporadas anteriores con las nuevas temporadas, buscando un armario atemporal”.

De hecho, González asegura que la campaña de primavera verano el año que viene será una mezcla entre la de este año y la que se diseñe el año que viene, “que será menos de lo previsto. Vamos camino hacia producciones más ajustadas”, augura.

Un negocio con futuro

En España este tipo de servicio está en fase “embrionaria” y cuenta con diferentes enfoques: hay marcas más orientadas al alquiler de prendas para ocasiones especiales, como LaMásMona y otras como Pantala o la misma Ecodicta, con un enfoque de moda sostenible y de aprovechamiento de recursos.

Las consumidoras son mayoritariamente mujeres, con tres perfiles característicos: jóvenes de 20 a 30 años que tienen poco presupuesto, amantes de la moda de 25 a 50 que les gusta rotar armario y probar distintos estilos y mujeres “sostenibles” de 35 a 50, concienciadas por la problemática del fast fashion que buscan una alternativa eficiente. 

En el armario de Ecodicta hay actualmente unas 300 marcas, aunque “tenemos acuerdo con 45 marcas españolas que son generalmente sostenibles y éticas. Hay de tamaño emergente como Canusa, Roca Mood, Rebervere, Nordic Leaves… Y otras de tamaño mayor, como Slow LovePoète, Rita Row, Ropa Chica o Maria Malo”. Esperan llegar a 100 antes de que acabe 2020.