La superescalada de la telemedicina tras la desescalada hacia la nueva normalidad

Telemedicina

Telemedicina / economia

Alberto E. Porciani (Top Doctors)

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Hemos cambiado, el COVID-19 nos ha obligado a hacerlo. Si en situaciones “normales” la congestión de las consultas y hospitales, así como las consecuentes largas listas de espera de los pacientes son una realidad en nuestro país, con un promedio de 7’26 visitas al médico por habitante según cifras dadas por Eurostat en 2017 muy por encima del europeo que se sitúa en 6’8, ahora, el coronavirus ha hecho que el sistema se encuentre al borde del colapso. El deber y la obligación de todos los que formamos parte del sector ha sido ayudar en la medida de lo posible, poniendo a disposición todo lo necesario para no llegar a ese punto. La digitalización ha sido clave para ello.

La telemedicina ha permitido no solo atender a posibles casos de coronavirus antes de derivarlos presencialmente a los centros ayudando así a descongestionar las urgencias, sino que además ha ayudado a no dejar en el olvido a pacientes que, sin continuar con su seguimiento o tratamiento, perdían toda esperanza de calidad de vida. Y sobre todo, proteger a los sanitarios.

Pasar consulta, mantener terapias, seguir rehabilitaciones y revisiones, realizar sesiones clínicas, reuniones médicas, intercambiar documentos y recetas electrónicas. Todo eso se ha convertido en una realidad y los resultados son claros. Entre enero y marzo, las empresas de salud digital obtuvieron a escala global más de 2.700 millones de euros en 107 acuerdos, 1,5 veces superior al total del primer trimestre de cualquier año anterior, según un informe de la firma de capital riesgo Rock Health.

La demanda de soluciones tecnológicas para el sector salud se ha multiplicado por 30 en dos meses

El COVID-19 ha dibujado un nuevo panorama de actuación. Ha hecho que, de la noche a la mañana, nos encontremos en un plano sanitario tecnológico futuro, al que muchos pensaban que no llegarían. De hecho, los players tecnológicos hemos pasado de tener que dedicar horas y horas a intentar demostrar que la transformación digital del sector salud ayuda a trabajar de un modo eficaz, ágil, cómodo y accesible para todos, a que la demanda de este tipo de soluciones tanto por parte del sector privado como del público se multiplique por 30 en dos meses, y consiguiendo que las herramientas consigan soportar de forma fluida de este aumento de demanda. Solo en nuestra plataforma Top Doctors casi 1.500 nuevos médicos y centros han activado el servicio de telemedicina en las últimas 3 semanas y el número de consultas médicas a través de este medio se ha multiplicado por 10. 

Ahora que las consultas están retomando la actividad en las fases de desescalada, la gran mayoría continúan haciéndolo a través de telemedicina, estableciendo una estricta política de citaciones en consulta a los pacientes urgentes y manteniendo en video consulta al resto de citas médicas, que son pacientes que necesitan retomar el cuidado de su salud cuanto antes, pero deben hacerlo sin riesgo. 

Bajo mi punto de vista, todavía va a existir un paso más en el uso de estos sistemas que lo detectaremos con el avance de la nueva normalidad, fase en la que el concepto de telemedicina quedará totalmente integrado en la atención médica convencional, así como en la oferta dada por todas las aseguradoras, quienes sin duda ofrecerán este sistema dentro de sus coberturas y servicios para dar soporte a sus asegurados. Para que esto llegue, deben volcarse tanto las áreas sociales, sanitarias, empresariales, educacionales y sobre todo las gubernamentales. Ya que lo cierto es que España no cuenta hoy con una regulación específica en esta materia, pero deberá establecerse. 

En la nueva normalidad el concepto de telemedicina quedará totalmente integrado en la atención médica convencional, así como en la oferta dada por todas las aseguradoras

Porque el desarrollo se ha llevado a cabo siempre bajo una máxima de seguridad, para encriptar los datos que se manejen y las conversaciones mantenidas, y mantener la anonimidad del ePaciente. Para ello, se ha recurrido a la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información y Comercio Electrónico, así como a normativas en materia sanitaria como por ejemplo la Ley 41/2002 de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica. Y por supuesto, basándose en la protección de datos del Reglamento (UE) 2016/679 del Parlamento Europeo y del Consejo de 27 de abril de 2016 (en adelante, “RGPD”) y a la Ley Orgánica 3/2018 de 5 de diciembre de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales.

En definitiva, de estos momentos tan duros estamos aprendiendo todos, estamos viendo necesidades y resolviendo carencias en tiempo record. Y todo gracias a la digitalización, que ha ayudado a que el sistema sanitario cierre telemáticamente el círculo en la relación médico-paciente y, sobre todo, sin salir de casa.