El G-7 se limita a hacer una declaración de intenciones

Los líderes del G-7 han acordado este lunes reforzar su cooperación para hacer frente a la crisis sanitaria del coronavirus y sus consecuencias económicas. Tras una reunión celebrada por videoconferencia, los siete países que forman parte del grupo se comprometieron a “hacer lo que sea necesario” para garantizar “una fuerte respuesta global” a la pandemia, “basada en una mayor coordinación de nuestros esfuerzos”.

Su comunicado final, no obstante, se lee más como una declaración de intenciones genérica que como un memorando de medidas concretas. En ese sentido hay poco a lo que agarrarse. Sus miembros aseguran que apoyarán la puesta en marcha de proyectos de investigación públicos y privados para encontrar cuanto antes una vacuna al nuevo coronavirus. 

“Ha sido una oportunidad para expresar la firme voluntad política de hacer frente a esta crisis de forma conjunta, coordinando y cooperando en distintos ámbitos”, dijo tras concluir la reunión el presidente del Consejo Europeo, Charles Michael.

“La prioridad es la salud de nuestros ciudadanos”. Entre otras cuestiones, se acordó mejorar el acceso a la información relacionada con el virus y a las distintas estrategias utilizadas por los países miembros del G7 (Canadá, EE UU, Francia, Italia, Alemania, Japón y el Reino Unido). En el ámbito económico se instó a los bancos centrales a seguir coordinando sus acciones, algo que ya sucedió el domingo, cuando la Reserva Federal y cinco de sus pares anunciaron medidas de estímulo monetario. 

El comunicado también subraya que se tomarán todas las iniciativas necesarias para ayudar a los trabajadores, empresas y sectores más afectados por el parón de la actividad económica.