SOFÍA BENJUMEA, DIRECTORA DE CAMPUS GOOGLE MADRID

"Ser emprendedor es una forma de vida espectacular, pero también muy dura"

Sofía Benjumea, directora de Campus Google Madrid, nos cuenta que para lanzar un negocio propio hace falta mucha pasión, trabajo y resiliencia. Porque un emprendedor recibe muchos "noes"

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Ana García Moreno

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Tomarse un café en Campus Google Madrid es un chute de energía en vena. “Hay una energía especial que encuentras en pocos sitios en Madrid”, cuenta Sofía Benjumea, la directora de este centro para emprendedores que Google tiene en Madrid. Aquí puedes charlar con ingenieros o perfiles de marketing y ventas, entre otros muchos, y empezar así a tejer tu red de contactos. En ella, todos los agentes tienen un reto común: crecer y lanzar un proyecto útil y escalable. Sofía es quien lidera este proyecto que trata de conectar a todos los agentes del ecosistema emprendedor, para hacerlo crecer todavía más. Comenzó contando, como periodista, las noticias que llegaban sobre las primeras startups, hasta que decidió dejar de narrarlo para vivirlo en primera persona.  

Has trabajado como periodista en Antena 3 o CNN. ¿Cómo pasaste de este mundo al de los emprendedores?

Estudié empresariales, pero quería ser periodista. Por eso, cuando acabé la carrera, hice el máster de El País. Para mí, era muy importante encontrar un trabajo que tuviese impacto y que formase parte de mi vida. Durante muchos años, lo disfruté, pero llegó un punto en el que sentía que no estaba teniendo ese impacto. Justo coincidió con la llegada de las primeras startups digitales. Me tocó entonces hacer bastantes entrevistas sobre el tema, y me di cuenta de que no me apetecía contarlo, sino hacerlo.

¿Fue entonces cuando te lanzaste a emprender?

Estuve unos años en Los Ángeles y volví a España en el peor momento de la crisis. Fue entonces cuando mi tía –María Benjumea- y yo nos dimos cuenta de todo el talento que había en España. Vimos que estaban surgiendo muchas startups y decidimos que teníamos que darles visibilidad y generar una plataforma para que el mundo viese todo lo que había y para que los emprendedores pudieran crecer. Esa fue mi misión en South Summit y lo está siendo en Google, con Campus.

¿Cómo funciona Campus Google Madrid?

En nuestro ADN siempre ha existido el emprendimiento y la innovación. Por eso, nuestra misión aquí es involucrar a todos los agentes del ecosistema. Además de ofrecer el espacio y tener charlas, estamos abiertos a la gente que está empezando, y también estamos poniendo mucho esfuerzo en seleccionar startups que tengan potencial para crecer. Ya que una startup que tiene éxito es lo más positivo para el ecosistema por cómo revierte en generación de empleo o riqueza.  

¿Qué lo diferencia de los otros 5 Campus que tiene Google en el resto del mundo?

En cuanto a funcionamiento somos todos iguales. Lo que hemos hecho es adaptar el tipo de contenido y la gente con la que trabajamos a la madurez del ecosistema en el que nos encontramos. Cuando abrimos en Madrid vimos que era un ecosistema menos maduro comparado con Londres o Tel Aviv. Siendo un ecosistema más chiquitito, nos ha sido más fácil involucrar a las corporaciones, a los fondos de capital riesgo y a las startups. Así, hemos generado comunidades más pequeñas que se interconectan y se ayudan mutuamente.

¿Cuál es el siguiente paso?

El primer reto fue posicionar campus entre los diferentes agentes como el lugar al que debían ir. Ahora, el reto es ayudar a las startups a crecer en profundidad. Ahí es donde entra nuestro programa de aceleración Residency, por el que seleccionamos startups y durante seis meses las apoyamos con acceso a gente de Google, a nuestro ecosistema y a inversores internacionales para que sean globales.

¿Es el emprendimiento una actividad para todo el mundo?

No. A veces, hay que tener cuidado con las modas. Ahora parece que todo el mundo tiene que ser un emprendedor, y esto es una forma de vida, muy espectacular eso sí y llena de retos, pero también muy dura.

¿Qué  hay que tener en cuenta?

Hay que ser consciente de que la idea no vale nada. El reto está en la ejecución, y para eso, la clave son las personas que están al frente. Por eso, un emprendedor tiene que tener conocimiento del sector y ser capaz de detectar cual es la necesidad que hay en la industria. Además, tiene que ser una persona con liderazgo, porque va a tener que convencer a los inversores, a sus usuarios o a su equipo y contagiarles su pasión por el proyecto. Por último, hace falta muchísima pasión, trabajo y resiliencia, ya que un emprendedor va a recibir muchos noes.

¿Cuál es el perfil de la gente que viene a campus?

El emprendedor en España no es un chaval de 23 años recién graduado. Suele ser una persona con experiencia o que ya ha emprendido. La media de edad suele estar en los 35 años. Y está bastante igualado entre perfil técnico y perfil de negocio.

Todavía la mayoría de emprendedores son hombres, ¿qué hace Campus Google Madrid para incorporar más mujeres al ecosistema startup?

Es verdad y eso hay que asumirlo, pero se está tratando de avanzando en ello. En Campus empezamos con un 30% de mujeres, y ahora estamos en un 39%. Trabajamos en distintas franjas. Por un lado, hacemos eventos y programas enfocados, sobre todo, a mujeres, para ayudarlas a tener referentes e inspirarlas, y luego con proyectos como Residency intentamos proactivamente buscar mujeres. Porque no es que no las haya, sino que muchas veces no nos atrevemos a aplicar. Por eso, intentamos animarlas para que se apunten.

Dentro de este ecosistema, la cafetería es el corazón de Campus, ¿qué tiene de especial?

Es el punto de entrada, el sitio al que ir cuando estás empezando y donde tomarte un café con alguien que acabas de conocer. Es decir, es la forma de romper las barreras que hay para democratizar el acceso al ecosistema, que antes no existía. Si no habías emprendido o no tenías contactos era muy difícil meterse en este mundo.

Una vez que van creciendo, las startups suben a las plantas superiores de Campus, ¿qué encuentran allí?

Es donde de verdad está la comunidad. Aquí encuentras a personas que de repente se ponen a trabajar unos con otros, se ayudan, consiguen talento, clientes, comparten… Es una comunidad que se empieza a asentar y que perdura. Así por ejemplo, tenemos casos de startups que han empezado en la cafetería, y que poco a poco han ido subiendo y han participado en Tetuan Valley o SeedRocket –las aceleradoras que tenemos aquí- y luego en nuestro programa de Residency, para proyectos que ya están en el mercado y que ayudamos a escalar e internacionalizarse.

Recientemente, Pedro Sánchez dio unas pautas para apoyar al ecosistema emprendedor. ¿Se hace todo lo posible a nivel institucional o es insuficiente?

Es muy positivo escuchar que está en la agenda de nuestros políticos y gobiernos. Son pasos a dar, pero no nos podemos quedar atrás y hay muchísimo por hacer. Eso sí, lo primero es lo que ya se está haciendo: entender que la startup es distinta a otro tipo de emprendimiento y comprender su potencial de empleo y de generación de riqueza. De hecho, sólo en 2017 las startups de nuestra comunidad generaron más de 1.000 puestos de trabajo. Por tanto, es importantísimo que entiendan que somos importantes para cualquier economía.