OPINIÓN
Elegancia
Josep-Maria Ureta
Periodista
JOSEP-MARIA URETA
Tampoco nos dice nada nuevo la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que no nos hayan dicho ya la OCDE, los economistas del FMI, del BCE y de la Reserva Federal de EEUU, algunos comisarios europeos, unos cuantos ministros y, por supuesto, los líderes sindicales españoles (de los patronos, más vale callar). Un gran descubrimiento es que, a la vuelta de los ocho años de crisis inducida y no asumida por el poder financiero, se constata que los trabajadores españoles que tienen trabajo ni esperan tenerlo a medio plazo, son los grandes ignorados de la crisis. El pequeño problema es que cada vez son más.
Ha sido Guy Ryder, el veterano sindicalista que dirige la OIT, que se doctoró en la lucha sindical frente a Margaret Thatcher, el que se ha encargado de recordar cosas tan simples como olvidadas -de ahí su elegancia expositiva- como que los trabajadores tienen sus derechos incluso cuando pierden el empleo contra su voluntad, es decir, pese a su disponibilidad absoluta a aceptar cualquier condición para seguir ocupado. Dice Ryder, en nombre de la OIT, que en España faltan maneras para recoger a un parado, formarlo y devolverlo enseguida al mundo de los ocupados. La elegancia es así: pocas prendas pero bien llevadas.
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