Pablo Carulla y Santiago López Lamadrid,

Ludicus, fabricantes de máquinas tragaperras y recreativas, lanzan un juego con la imagen del antihéroe interpretado por Torrente

En el sector estos acuerdos no son habituales.

MANEL TORREJÓN
BARCELONA

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Pablo Carulla (37 años) y Santiago López Lamadrid (38) no solo son«amiguetes»de Santiago Segura, sino también sus socios. Este mes, el cinematográfico José Luis Torrente, el políticamente incorrectoalter egode Segura, lleva su desfachatez y sus lamparones a los bares, y lo hace en formato de máquina tragaperras. Ni Cirsa ni Franco, los dos gigantes de las máquinas B en España, han creído demasiado en las licencias de personajes u otros derechos de imagen. Los fundadores de Ludicus, en cambio, ven filón si el reclamo es adecuado.«El licensing de máquinas funciona muy bien en casinos, sobre todo en Estados Unidos. No se ha probado en bares, pero estamos convencidos de los buenos resultados».

Con la máquina inspirada en el cutre antihéroe confían abrir el mercado a jugadores más jóvenes. Un esfuerzo que desde este año tiene también el apoyo de una máquina de tipo A —sin apuestas— deTexas hold’empara cuatro jugadores, ideal para poner en pubs.

López y Carulla tienen ya 1.000 máquinas de Torrente en estoc, una inversión de peso. La apuesta es alta. Segura, emprendedor ypublicistanato, también dice ir a por todas:«Incluso puse a trabajar al mismísimo Jose Luis Torrente, que ha grabado más de 800 voces, expresiones y chascarrillos en exclusiva para este juego».

En un sector de sagas institucionalizadas, Carulla y López son unos novatos. Dejaron en 1999 el mundo financiero —coincidieron en Morgan Stanley,«etapa en que hacíamos porras con carteras hipotéticas de valores de bolsa»— y se hicieron con los aperos de buscadores de oro, como tantos otros en un año en que internet prometía reinventar el mundo de los negocios. Desistieron de montar un casino y una casa de apuestason line—negocios aún hoy vetados en España, aunque para operar baste con establecerse en Malta, Gibraltar o Londres— y se pusieron a desarrollarsoftwarepara tragaperras. Parte del camino lo recorrieron junto a Juan Lao —hermano de Manuel, de Cirsa—, hasta que fundaron por su cuenta la empresa Ludicus:«Vendíamos nuestros juegos para máquinas B y desarrollábamos sistemas operativos para máquinas B, de bingo y para máquinas A en que participan varios jugadores a la vez».En mayo del 2008 obtuvieron el respaldo de la italiana Zest Gaming, que puso casi un millón de euros en la empresa a cambio del 50%. Gracias a ese impulso pueden competir con los grandes.

Tienen el 25% de una operadora de máquinas de bingo electrónico en Zaragoza que está controlada por Juan Lao. Y se han internacionalizado: operan 600 máquinas propias en México.