La catalanidad del Santander

Los estatutos de la entidad bancaria cántabra se inspiraron en los del Banco de Barcelona

MAX JIMÉNEZ BOTÍAS / BARCELONA

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Cuando en 1857 nació el Banco de Santander, los fundadores se inspiraron en los estatutos del Banco de Barcelona para establecer la naturaleza jurídica de la entidad. El banco barcelonés, que había sido fundado en 1844, gozaba de un gran prestigio en España. Puede que esa sea la primera vinculación del banco nacido en Santander con Catalunya, pero los 150 años de la historia del banco cántabro --se cumplen en el 2007-- está hilvanada con retales de la historia financiera de Catalunya, cosidos hoy como piezas del forro con el que se urde la labrada estructura del primer banco español.

En un entorno restrictivo para la banca, en el que la única alternativa para crecer era la compra de otras entidades, el Santander se estableció en el paseo de Gràcia de Barcelona en 1951, tras adquirir la sede del Banco Hispano Colonial, que el año anterior se había integrado en el Banco Central. En 1956 compró el Banco Soler y Torra, una institución fundada en 1917 con un gran arraigo en Catalunya,"cuyo especial prestigio entre el público inversionista es ya tradicional",afirma la memoria del Santander de ese año, que Pablo Martín Aceña recopila en una historia del banco cántabro que acaba de ser editada.

El banco adquirido conservó su independencia durante algunos años. Ignacio Soler de la Riva principal accionista se incorporó al consejo del Santander. En 1964 trasladó su sede a Madrid y fue la ficha bancaria con la que se fundó Bankinter. Su adquisición, sin embargo, no le dio al Santander acceso a las prósperas comarcas catalanas, al margen de Vic. Así que para compensar esa laguna se hizo con el control de la Banca Majó Hermanos, que luego se convirtió en el Banco Mataró, y el Banco Alfonso Monpascual, de Santa Coloma de Farners, llamado después Banco de Fomento de Gerona.

Apoyo al Barça

En 1957, el Santander apostó por respaldar la construcción del nuevo estadio del Fútbol Club Barcelona. La operación fue una emisión de bonos equivalente a la totalidad del capital del banco."Fue un gran éxito por la captación de nuevos clientes, lo que permitió abrir oficinas",explica Pablo Martín.

En 1963, Barcelona, con 18 sucursales, era la segunda ciudad española con más oficinas del Santander. Pero el salto cualitativo se produjo en 1969, con la compra del Banco Industrial de Catalunya. Pese al nombre, se trataba de una entidad con vocación comercial que le permitió al banco presidido entonces por Emilio Botín Saz de Sautuola incorporar sucursales en Badalona, Cornellà, Lleida, Sabadell y Terrassa.

No quedaron ahí las compras. El Santander contribuyó a extender la idea de que Catalunya, pese a su próspera industria, no era capaz de consolidar un sistema bancario acorde a la riqueza del país. En 1979 se sumó al perímetro del banco la Banca Jover. Su principal accionista, Alberto Folch-Rusiñol, dueño de pinturas Titán, se incorporó al consejo del banco comprador. Este vendió finalmente la entidad catalana a Credit Lyonnais en 1990,"con importantes plusvalías".Seis años antes, en la operación de salvamento de Rumasa, se incorporó el Banco Comercial de Catalunya, antiguo Riva y García.

Posición en el mercado

Desde entonces, no ha habido más compras en Catalunya. Tampoco quedaban candidatos. Ahora,"somos la primera entidad financiera en algunos segmentos, como empresas y banca privada y, en otros, como la banca comercial, estamos por detrás de La Caixa",afirma Enrique García Candelas, director general del Santander.

Cuenta con 452 oficinas y una plantilla de 2.300 personas. Hasta final de año se propone abrir 10 sucursales y entre 10 y 15 más el próximo año."Tenemos casi un millón de clientes aquí. Esa es una buena razón para seguir apostando por Catalunya".dice García Candelas.