PROYECTO CULTURAL Y EDUCATIVO
La biblioteca del barrio
«Me siento como Umberto Eco en la reinauguración de la biblioteca de Alejandría», bromeaba Rosa Espía, una de las profesoras de la escuela Baró de Viver (Tucumán, 1) durante la presentación de la remozada y ampliada biblioteca de su escuela. Y es que, como explica la docente, al igual que la milenaria biblioteca egipcia, este nuevo espacio ha sido «construido entre todos». En las últimos meses, unos han puesto la mano de pintura, otros han cedido los libros y el mobiliario... Todos han invertido toneladas de ilusión en un proyecto de carácter socioeducativo que podrán aprovechar todas las familias del barrio.
Convivencia y libertad
La biblioteca abrirá las puertas a niños, jóvenes y adultos del barrio de lunes a jueves por la tarde y los sábados por la mañana. El espacio, subvencionado por la Obra Social de La Caixa en colaboración con el ayuntamiento, busca cubrir un déficit histórico en el territorio. «Baró de Viver es una barrio pequeño al que le hacía falta una biblioteca pública, una sala de estudio para las familias y una escuela para adultos», explica Elisabeth Aznar, directora del centro y cabeza visible de un equipo de profesores que hace poco más de ocho años inició la transformación de esta escuela abierta en 1985 con una línea educativa basada principalmente en la participación y valores como «la convivencia, la libertad, el respeto a los otros y el sentido crítico».
Durante la jornada de puertas abiertas, celebrada el pasado 11 de abril, más de 300 niños que son vecinos del barrio descubrieron este nuevo espacio comunitario para la lectura y el estudio. «Organizamos la visita por turnos, y recibimos a los alumnos de la Escola L'Esperança y a la guardería El Caminet del Besòs», cuenta Aznar, quien recuerda que esas cuatro paredes de la biblioteca de la escuela son ahora «un equipamiento de barrio».
La decoración, a cargo de Anaïs Pineda, artista y responsable de la escuela de madres y padres de Baró de Viver, incluye un mural inspirado en un cuento El árbol de la vida, representado el día de la inauguración. «Ahora es un espacio mucho más acogedor y mágico, con dos partes diferenciadas: el espacio de ficción, con libros, y el espacio de conocimiento, con ordenadores», explica la directora del centro educativo.
La apuesta de la Obra Social de La Caixa ha sido fundamental. Francesc Parera, el representante de la entidad financiera en el acto de inauguración, destacó que un barrio «con tantas heridas y costuras arquitectónicas y sociales» necesitaba un espacio así «porque es el mejor cortafuegos». La vinculación de Parera con el barrio viene de lejos: «Hace años estuve explicando historias en esta misma escuela», recuerda.
El concejal del distrito, Raimond Blasi, celebra que el proyecto se haya hecho realidad y recuerda que «el verdadero reto es darle continuidad con la implicación de todas las partes». Blasi subraya que el proyecto da herramientas «a todos por igual».
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