Bad Ischl, Capital Europea de la Cultura 2024

Situada entre Salzburgo y Viena, la región de Slzkammergut sirvió como inspiración en gran parte de la obra de Gustav Klimt. Un universo cromático de color verde a través del que ilustraba los prados y lagos de esta región austríaca. El máximo representante de la Secesión Vienesa, movimiento modernista de finales del siglo XIX, eligió esta región alpina de Austria como refugió interno y laboratorio artístico. Al igual que el pintor austríaco, otras personalidades del mundo de la cultura, como Goethe, Schubert y Mozart, encontraron en Salzkammergut un santuario de inspiración para elaborar algunas de sus obras.

El arte y la cultura han acompañado a lo largo de los años la agenda de la región de Salzkammergut. Es por ello que, su epicentro histórico, la ciudad de Bad Ischl, ha sido elegida como Capital Europea de la Cultura este 2024. Bajo el lema 'La cultura es la nueva sal' –que hace referencia a su legado minero de extraer sal desde hace 7.000 años–, la ciudad y sus alrededores organizarán a lo largo de todo el año más de 300 actividades y celebraciones culturales en las que participarán artistas locales e internacionales del mundo de la música, las artes escénicas y la arquitectura, entre otras disciplinas. 

A lo largo de todo el año, se organizarán iniciativas relacionadas con la memoria histórica, como el legado del imperio de los Habsburgo; se llevarán a cabo conciertos en las salinas subterráneas de Ebensee; y se exhibirán exposiciones culturales que abordarán temáticas como el turismo sostenible y el cambio climático, entre otras actividades.

Arquitectura imperial

Así, la capitalidad de la cultura europea se abre como una oportunidad para conocer la historia, la arquitectura y la naturaleza de la región. De hecho, Bad Ischl posee un alto valor histórico en tanto que alberga la Kaiservilla, la residencia veraniega del emperador Francisco José y su esposa Elisabeth, conocida como Sisi. Para conocer el interior de este recinto, es posible contratar una visita guiada y vale la pena pasear por el parque que lo rodea.

La historia aristocrática de la ciudad se ve reflejada en una arquitectura imperial y ostentosa. De hecho, edificios como la Oficina de Correos, la Trinkhalle, la Lehár-Villa y el Kongress & Theaterhaus representan a la perfección este linaje. Además, en Bad Ischl se pueden degustar algunos de los dulces más típicos de la gastronomía austríaca, desde la tradicional Sacher Torte, un bizcocho relleno de mermelada de albaricoque y recubierto con un glaseado de chocolate negro, hasta el famoso Zaunerstollen, un delicioso bombón hecho con turrón, avellanas y chocolate. Dos especialidades que se pueden disfrutar en cafeterías como la Konditorei Zauner, una de las más emblemáticas de la ciudad. Para aquellos que busquen una experiencia relajante, la ciudad hospeda balnearios como el de Eurotherme Bad Ischl. Situado en frente a la estación de tren, este complejo hidrotermal ofrece piscinas, bañeras, saunas y salones al aire libre.

Bad Ischl es la opción ideal para pernoctar durante un viaje en el que poder explorar el Distrito de los lagos de Salzkammergut. Coger el teleférico para llegar hasta la cima de la montaña Katrin y observar desde ahí unas vistas panorámicas de los siete lagos y la cordillera que los rodea; o visitar pueblos encantadores como Hallstatt, Sankt Wolfgang, Gosauseen y Altaussee, entre otros, son algunas experiencias recomendables.

www.salzkammergut-2024.at