Sergio Lozano se abre en su libro 'Goles y cicatrices': "Quería que la gente viese que es normal estar jodido, triste y llorar"

Hay carreras deportivas que, además de ser espectacularmente épicas dentro de las pistas, dejan huella fuera de ellas. Sergio Lozano (Madrid, 1988) sabe lo que es triunfar, pero también lo cruel que puede llegar a ser el azar. Se ha roto hasta cuatro veces el ligamento cruzado (hubo un quinto amago que se saldó sin tener que pasar por quirófano). Su historia está lejos de un cuento de hadas. Más bien, es una historia de tozudez, sacrificio y amor por el deporte. De la mano de Llorenç Tarrés, periodista deportivo y amigo, ha conseguido plasmar su duro viaje en negro sobre blanco. 'Goles y cicatrices' (Geoplaneta, 2024) es una oda a la fuerza de voluntad.

El capitán del Barça siempre hacía años que tenía en mente escribir un libro. Era un sueño, de esos que no sabes nunca si vas a cumplir. "La primera idea donde nace el libro es en la tercera operación. Yo me lesiono y lo paso tan mal que pienso como 15-20 veces en que me voy a retirar. Pienso en desahogarme y empezar a escribir que siento en cada momento. A través de unos amigos intenté buscar una editorial y un escritor que me pudiese ayudar. Era complicado porque quería que se conociese mi historia, que se conociese un poco el fútbol sala y no encontramos a nadie y se dejó ahí", relata a EL PERIÓDICO sentado en la grada del pabellón de la Ciudad Deportiva donde entrena.

"Parece que me tuve que romper por cuarta vez para retomar el proyecto [ríe]. En una conversación con Llorenç, que como te hemos dicho somos amigos de antes, me dijo: "yo antes de presentar, escribía". Y fue instantáneo. "'¿Quieres escribir un libro conmigo?', fue la siguiente frase".

Llorenç, en cambio, recuerda ese momento un poco distinto. "El día que se rompe, que es el día que me lo propone, yo me pongo a llorar trabajando. Yo estaba grabando el partido con mi cámara y veo la imagen. Y pienso: "se ha roto, se ha acabado". En el minuto 0 sé que se ha roto, por cómo cae y la acción. Le digo al cámara que grabe, que dejara el partido y lo grabará a él, que eran las últimas imágenes del Sergio con la camiseta del Barça", relata justo sentado en la fila de asientos debajo de Sergio. Lo mira con ese cariño de quien agradece el camino hecho juntos.

Montaña rusa de emociones

Le pilló totalmente desprevenido la propuesta, pero no dudó en aceptar. Empezó a plantear un guion, una estructura, pero a las pocas semanas se dio cuenta de que el relato debía ir mucho más allá. "Me obsesionaba mucho que Sergio se viera reflejado. Él ha colaborado muchísimo, nos lo hemos leído y repasado juntos, lo hemos corregido. Uno de los objetivos era que mucha gente que conoce el discurso de Sergio, que es potente, lo viera reflejado cuando lo leyera", confiesa el periodista.

¿Hasta dónde contar? Es una pregunta a la que dos le dieron vueltas durante el proceso. Sergio lo tuvo radicalmente claro. "Sabía que el proceso podía ir mal e íbamos a contar que iba a ir mal. No era una cuestión de que estábamos contando el proceso porque iba a ir bien. No sabíamos si iba a salir bien, pero queríamos contar la realidad. Cuando tienes una lesión de larga duración, y más si tienes cuatro, es una montaña rusa de emociones. Quería plasmar eso, quería que la gente viese que es normal tener altibajos, problemas, estar jodido, triste y llorar. Pero que de todo se sale y que la mentalidad con la que tú afrontes los problemas es la que te va a hacer salir mejor o peor parado de esa situación", confiesa el futbolista, que volvió a reaparecer este mes de febrero.

La gestión mental

En el libro se desgranan momentos importantes de la recuperación y se da voz a personas importantes en la vida de Sergio que además han sido importantes en su recuperación. Sobre todo para hablar de la gestión mental de la lesión. "En el libro cuento cosas que ni mi familia sabe qué he pasado. Antes de empezar con la psicóloga, yo siempre intentaba que mis familiares, ya que lo estaba pasando mal por lo que estaba viviendo, no quería preocuparlos más. He tenido situaciones muy duras que he intentado llevarlas yo solo. He aprendido a que tenemos que permitir estar mal, llorar o hacer lo que tengamos que hacer", relata mientras Llorenç asiente. "Este no es un libro de futbol sala", sentencia.

21 capítulos y 204 páginas que van más allá del balón. Que miran dentro de un deportista que ha marcado una época en el deporte y que ha trascendido los límites del campo.