Historia de superación

El escalador Albert Segura, tras haber sobrevivido 20 veces a la muerte: "No busco suicidarme"

En los últimos 20 años, se ha roto más de 30 huesos. Aun así, su libro no es un resumen de accidentes, sino una lección de resiliencia 

Albert Segura escalando.

Albert Segura escalando. / Albert Segura

Begoña González

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Tituló su libro ‘20 vidas’, pero confiesa que son algunas más. “No me quería hacer pesado”, bromea. En su autobiografía, el guía de escalada y rescatista Albert Segura (Setmenat, 1973) recoge sus reflexiones tras vivir en más de veinte ocasiones situaciones en las que su pasión por la montaña, la aventura, las motos e incluso un cáncer o un rayo casi le arrebatan la vida. Por teléfono, añade alguna más. “Hace unos días, escalando con un amigo, se rompió la repisa dónde estaba apoyado. Me caí. Me rompí la escápula y se me arrancó el pulgar por dentro. Ahora llevo hierros en la mano. Toca volver a recuperarse”, asegura resignado. 

La suya es una historia de superación constante. De las de levantarse después de caer y volver caer. “Los últimos dos años de mi vida han sido un caos. Cada mes pasaba algo”, afirma el escalador. En el momento de la entrevista, Albert Segura se encuentra recuperándose tras quemar la vida 21 con una caída de cabeza de más de 30 metros, pero en el camino, se ha roto más de 30 huesos. Aun así, su libro no es un resumen de accidentes, sino una lección de resiliencia.

"Tengo buena suerte"

“En el fondo, yo creo que tengo buena suerte, porque entre unas cosas y otras he hecho más de 6.000 actividades de riesgo y sigo aquí”, reflexiona. Descubrió su pasión “por casualidad”, recuerda, pero fue un flechazo. “Fui a la montaña a hacer barranquismo con un amigo. Por aquél entonces yo trabajaba en un taller de chapa y pintura de coches, jugaba al fútbol y poco más. La aventura me cautivó y en una semana tenía toda la equipación y al año había hecho ya más de 100 barrancos”, recuerda. Poco después se inició en la escalada. “Supe que quería hacer eso el resto de mi vida y cambié de vida. Dejé a mi pareja, el trabajo… Todo”, afirma. 

Albert Segura escalando en Australia.

Albert Segura escalando en Australia. / Albert Segura

“Escalar para mí lo es todo. Hay que estar muy concentrado y me da mucha felicidad. Yo he combinado mis dos pasiones gracias a ello. He viajado a lugares remotos y he estado en piedras en las que no había estado ningún humano antes”, agrega. Ha recorrido más de 60 países, desde Pakistán a Malí, escalando y hace tan solo un año abrió siete complicadas vías en Wadi Rum, Jordania

Pasión por la montaña

“No considero que me arriesgue de más, no busco suicidarme, pero a veces pasan cosas y si haces actividades de riesgo tienes más números de que te pase”, apunta el rescatista. “A veces simplemente hay cosas que se escapan de lo que está en tu mano”, asegura. Tras volver de Jordania, y haber superado situaciones límite de forma exitosa, escalando una vía que estaba preparando para hacer con una clienta, le cayó una roca enorme encima. “Me rompí ocho costillas, la escápula, me perforé el pulmón y se me aplastó la tráquea”, recuerda. “Fue durísimo, porque me acababa de recuperar del cáncer y llevaba meses poniéndome otra vez en forma para que de nuevo, no supieran ni si podría caminar”, recuerda.

Tal es su pasión por la montaña que jamás se ha planteado dejarlo. “Prefiero que me duela la espalda cada día por haber sido feliz”, afirma. “En el fondo, todos hemos vivido situaciones que de algún modo u otro nos han puesto cerca de la muerte. Hay tantas cosas que escapan de nuestro control que podrías estar evitando todos los peligros, salir de casa y que te atropellara un coche”, bromea.